La relación entre Rodrigo Escudero y su equipo es una de esas historias de amor que parecen no tener fin, la de un hombre de club que esta temporada tiene el privilegio de defender su camiseta de siempre en una categoría histórica para Simancas: Tercera División

A pesar de la mala clasificación del conjunto rojillo, las trece primeras jornadas de competición también tienen su lectura positiva. Una de las gratas sorpresas para sus seguidores es la explosión de Rodri. Es el pichichi del equipo y sus siete goles son la mitad de las cifra total de dianas que el Villa de Simancas ha conseguido anotar en Tercera.
El joven jugador siempre ha tenido buen olfato de cara a portería y este año lo está demostrando. La banda es su hábitat natural pero en los últimos años, tanto en el filial como Diego Macón le han podido requerir también como delantero: él no se echa atrás.
Rodri, con apenas veinte años, asusta con su madurez. Estudiante de Ingeniería Mecánica, no titubea al considerar el fútbol su diversión. Una diversión que desde los cinco años ha podido disfrutar en su casa, en Simancas, y que desde hace unos años cobra un rol diferente.
Cuando se le pregunta que siente como simanquino al defender la camiseta franjiblanca en el Grupo VIII de la Tercera División no te oculta que “busca seguir divirtiéndose”, pero el hecho de competir por Castilla y León es una exigencia más que ha adaptado correctamente en estos dos últimos años, en los que ha competido en Regional y con el posterior ascenso, en Tercera.
Anteriormente, Rodri ha vivido infinidad de categorías ha pasado por todas de la base del Villa de Simancas, que a la par que evolucionaba nuestro protagonista, iba creciendo también. Cuando comenzó a jugar, con cinco años, sería impensable pensar en el club que años más tarde se podría disfrutar territorialmente con el primer equipo en Tercera y con una base dando frutos, como es el caso del Juvenil Regional. El equipo juvenil en su primera temporada en la categoría regional se está manteniendo como la fuerte revelación del grupo, el cual lidera con solvencia con veintisiete puntos después de once jornadas.
Rodri, en su etapa juvenil, intentó liderar los proyectos simanquinos que permitieran obtener el premio que se consiguió el año pasado con otra generación distinta: el ascenso. Sin embargo, durante sus temporadas como juvenil, el objetivo se escapaba a pesar de tenerlo muy cerca. Su buen hacer se plasmaba de la forma que mejor sabe hacer, con una cifra goleadora escandalosa. Sus 31 goles en su segundo año en juveniles que lideraron a su equipo hacia la cuarta posición fueron una buena marca que permitió que otros clubes se llegaran a interesar por él.
Sin embargo, nada ni nadie se podía interponer entre el romance del Simancas y Rodri. El jugador nos cuenta que “ese año comenzaba la Universidad”, demostrando una vez más que tiene la cabeza bien amueblada. Esa temporada prefirió no probar suerte en otras entidades y equipos superiores a su Simancas para no desestabilizar sus estudios. Este hecho no le impidió seguir creciendo como futbolista, y volver a liderar un proyecto en busca de ese ascenso a la categoría Regional de juveniles.

Durante esa campaña, Rodri firmó 37 goles, superando su registro del año anterior, permitiendo que su equipo estuviera en un mano a mano por ser campeón, algo que al final no fue.
El año pasado, terminada su etapa juvenil, Rodri continuó su crecimiento en la base simanquina en el filial del primer equipo, con el que tenía ficha. No obstante, era uno de los jugadores habituales con los que Macón contaba por si necesitaba completar convocatorias de su primer equipo.
No todo fue camino de rosas para nuestro protagonista, ya que acostumbraba a jugar todo en los últimos años y se encontró una situación nueva, sentarse en el banquillo.
Había entrado en las convocatorias del equipo de categoría Regional por indisponibilidad de compañeros lesionados y comenzó a acumular minutos. “Pocos”, según el propio Rodri, pero de los que intentaba aprovechar y dar el máximo. Tras un tercio de la temporada, se consiguió asentar en el primer equipo como un jugador más.
Todo un aprendizaje en una campaña histórica para el Villa de Simancas, en el que protagonizó el ascenso a Tercera División, en la que luchó con el filial por intentar ascender en el play-off de la Segunda Provincial de Aficionados en Rueda, y enla que, por qué no decirlo, a pesar de no haber podido participar con el juvenil por cuestiones de edad, puso muchos cimientos para que el objetivo ansiado del ascenso por el que él antes había luchado llegase de la mano de muchos jugadores con los que había coincidido la temporada anterior.
“Aspiramos a todo en este partido”
 Todo un proceso de aprendizaje para conseguir llegar a Tercera División y poder disfrutar el derbi frente al Atlético Tordesillas del sábado. Sobre la tabla clasificatoria parece un derbi desigual, el segundo visita al farolillo rojo, pero a pesar de ello, Rodri se muestra optimista.
Todo un proceso de aprendizaje para conseguir llegar a Tercera División y poder disfrutar el derbi frente al Atlético Tordesillas del sábado. Sobre la tabla clasificatoria parece un derbi desigual, el segundo visita al farolillo rojo, pero a pesar de ello, Rodri se muestra optimista.
“Me parece que llegamos en nuestro mejor momento. Hemos conseguido corregir gran parte de los errores que en las primeras jornadas nos costaron derrotas“, cuenta el pichichi simanquino. Además, cree que son un equipo mucho más competitivo y más fuerte en todos los sentidos. Aunque para el sábado Rodri apela a ese “puntito de fortuna” que cree que les hace falta para conseguir la victoria: “Cuando se está donde estamos nosotros todo parece salir al revés” nos comenta el delantero.
Sobre el derbi, Rodri no se arruga y nos cuenta lo que opina. “Creo que podemos ponerles en apuros, aspiramos a todo en este partido, con motivación extra por ser un derbi y por la necesidad de puntos que tenemos”.
Sin embargo, hay una cosa sobre la que Rodri recela de su rival, y que el próximo sábado vivirá en carnes propias qué es el empuje de la afición del Tordesillas, que contrasta quizás, con el aficionado del Simancas. “La verdad es que por la situación del equipo creo que no estamos teniendo todo el apoyo que deberíamos pero la gente que viene ayuda”. Sobre el ambiente especial de este fin de semana, Rodri confía en su afición: “supongo que habrá mejor ambiente por ser un derbi y también, por la gente que vendrá de Tordesillas”
Siete goles en trece partidos para un jugador que el año pasado comenzaba la competición en la última categoría del fútbol base vallisoletano, pero que a base de trabajo y esfuerzo ha conseguido adaptarse al primer equipo, ya sea en Regional o, como este año, en Tercera. Rodrigo Escudero es, sin duda, el espejo donde cualquier simanquino buscaría reflejarse. Toda una vida dedicada a un club que ahora le recompensa con el disfrute –porque no deja de ser diversión, a pesar de la fuerte competición– de la Tercera División.
 
			