El Real Valladolid esboza una precampaña en la que se enfrentará a Zamora, Río Ave, Pontevedra y Celta B, a la espera de, quizá, confirmar algún envite más en función de cuando empiece la liga

Foto: Diario de Pontevedra
Dicen que las meigas “habelas hailas” y que “o carallo –con perdón– é dar con elas”. Y el Real Valladolid no teme hacerlo. No le da miedo el gafe, no cree en él; que Galicia fuera eso, meiga, y su feitizo (hechizo) provocase que Rubi fracasara la pasada campaña tras comenzar allí su periplo.
Aquel proyecto echó a andar en Pasarón, el hoy no tan mítico estadio del Pontevedra –no tan mítico porque ya no hay cemento–. No será así este año, aunque sí se repetirá visita en el periodo en el que estará concentrado el equipo en el Balneario de Mondariz.
Enfrente estará un conjunto, el granate, que viene de ascender a la Segunda División B, después de un periplo de cuatro años por el infierno de Tercera. El técnico, Luisito, no será el mismo que aquel que dirigió el pasado curso al plantel de la ciudad del Lérez, empero, ya que fue contratado con el curso ya empezado, en sustitución de Manu Fernández.
Antes de este amistoso, que se jugará el uno de agosto a partir de las ocho de la tarde, se disputará otro en la misma localidad de Mondariz, en el Estadio Municipal de A Lagoa. Será el veintinueve de julio, a la misma hora, y ante el filial del Real Club Celta.
Este duelo supondrá el reencuentro de Javier Torres Gómez, entrenador del Promesas en el año de su ascenso, con el Real Valladolid, un conjunto al que llegó a dirigir puntualmente. Asimismo, podría darse otra curiosa circunstancia, y es que, al igual que los pontevedreses, los vigueses podrían ser rivales del filial blanquivioleta el próximo año si la confección de los grupos de Segunda B así lo dispone.
Con anterioridad a estos dos partidos, el debut del nuevo Real Valladolid se dará en el Ruta de la Plata, el veinticinco de julio, a las ocho y cuarto de la tarde, ante el Zamora, en el II Memorial Agustín Villar, en cuya primera edición ya participaron los vallisoletanos –la valentía ante el gafe, decíamos–.
Una vez de vuelta a la capital del Pisuerga, el cinco de agosto, habrá una nueva expedición a territorio galaico-portugués, más concretamente a Vila do Conde, donde los blanquivioletas se enfrentarán al Río Ave a partir de las ocho de la tarde. Este municipio, hermanado con Ferrol, es en el que nació el exvallisoletano Fábio Faria, ya retirado por culpa de una dolencia cardíaca, y ese rival, de la primera división lusa, es donde se retiró.
La pretemporada, por tanto, va de viejos conocidos y de tierras amigas. Y podría no terminar aquí, ya que no se descarta la disputa de un último amistoso en caso de que la competición liguera comience el fin de semana del veintidós de agosto. Sea como fuere, y por si acaso, viendo el precedente más cercano, es recomendable que el nuevo entrenador del Real Valladolid lleve en su bolsa alhos. Menos será prevenir que luego lamentar…
