Bruno Varela acompañará a Kepa bajo los palos del Real Valladolid. Como él, es internacional sub 21 y ha sido señalado como una estrella del futuro
El titular, lo de promesas en la puerta, puede sonar a canción de cantautor mexicano. A la típica que habla de un engaño, del afán de él por redimirse, mientras ella abre con la cadena echada, cauta, siendo el hecho metáfora de la pérdida de confianza en él por culpa de la infidelidad.
Pero no, esto no lo canta Ricardo Arjona; no va de un “me arrepiento tanto y eres tanto que no puedo vivir sin ti”. Va de fútbol, de porteros. De Kepa Arrizabalaga, titular bajo en arco del Real Valladolid, y su nuevo compañero, el guardameta portugués Bruno Varela, cedido por el Benfica lisboeta hasta el treinta de junio del próximo año.
El cancerbero, de origen caboverdiano, es internacional con su país en todas las categorías inferiores de la selección lusa y posee ya una amplia experiencia en una categoría de plata, ya que viene de ser titular en los dos últimos cursos en el filial benfiquista, en la Segunda Liga, en la que ha jugado 85 encuentros: 12 en la 2012/13, 38 en la 2013/14 y 35 en la pasada, la 2014/15.
Previsiblemente, llega a Valladolid para ocupar el lugar en el banco que deja Diego Mariño, si bien no se puede hablar de un suplentísimo. Por un lado, por sus casi 7.500 minutos en una segunda división, y por otro porque está señalado como una de las más firmes promesas del balompié portugués. Tal es su condición y la confianza depositada por ás aguias en él que ha llegado a debutar en partido amistoso con el primer plantel encarnado. Y justo en eso se ha fijado la dirección deportiva vallisoletana, en un arquero anunciado como “uno de los de mayor proyección de Portugal”.
El periodista José María Nolé, uno de los mayores conocedores en nuestro país del fútbol lusitano, no duda en afirmar que es “un buen movimiento”. En su opinión, “es fuerte y ágil, y ha hecho dos temporadas muy buenas en la II Liga de Portugal”. Pero, a pesar de ser “uno de los mejores jóvenes guardametas” del país vecino, “no tiene sitio en el primer equipo del Benfica”.
Si duda de que su cesión pueda ser fructífera es porque cree que “es a medio plazo cuando va a dar que hablar”. Algo semejante a lo que opina Juan el periodista de origen luso Juan Carlos Rodríguez dos Santos, fundador de Nueva Era Deportiva, quien afirma que “pinta bien desde hace años”, aunque todavía no ha sido capaz de dar el salto definitivo desde su paso a senior.
Pendiente aún de cumplir veintiún años, por tanto, es de un corte semejante al de su nuevo compañero, puede que no tanto por características como por condiciones; esto es, aun siendo quizá distinto, en el fondo es parecido, en tanto en cuanto, como Kepa, conoce qué es estar bajo los focos de técnicos y aficionados desde hace algunos años, así como el escenario internacional.
Ventana entreabierta a Julio
Mientras Kepa duda en la puerta si abre a Varela –atención, spoiler: lo hará; qué remedio–, a las espaldas de los dos alguien entra por la ventana. Se llama Julio, es de Pucela, y del Real Valladolid, y el tercer guardameta. Salvo que se dé alguna extraña circunstancia, lo normal es que, efectivamente, sea el tercero en discordia, pero probablemente estará obligado a veces a ser “el otro”.
La teoría inicial de la canción se cae cuando piensa uno que es Mariño quien se ha ido con otra y Varela es el bálsamo, el clavo que viene a sacar otro clavo. La situación es variopinta: se sabe, o se espera, a veces uno de los dos internacionales –ojalá no los dos– estará con su selección, y entonces aquel que se quede se verá acompañado del canterano (si es que este no se ve ‘obligado’ a jugar).
El riesgo es asumible. De hecho, no es tal. El guardameta del filial ha mostrado estos años un crecimiento que si bien no se ha entendido como suficiente para dar el paso definitivo, tampoco ha de negarse. Será, entonces, cuando por debajo haya una eventual promoción.
En realidad, por tanto, la ventaja estará más bien entreabierta, pues, salvo lesiones, esto sucederá en contadas ocasiones. La norma dicta que habrá competitividad, a priori, partiendo de la titularidad de Kepa, y que la portería estará cubierta de dos firmes promesas cuyo horizonte pasa por alcanzar cotas altas. Sí, también en el caso de Varela, para el público, gran desconocido, pero firme proyecto, técnicamente dotado y, ya, pese a su juventud, experimentado.