Cuatro Rayas une a los ya de por sí hermanados Real Oviedo y Real Valladolid a través de la acertada iniciativa #HermanosdeFútbol
En el mundo empresarial, en los últimos años, ha entrado con bastante fuerza un concepto llamado ‘responsabilidad social corporativa’ que, a grandes rasgos, consiste en la contribución activa y voluntaria de una empresa en la mejora de su entorno, el económico, social o medioambiental, cuyo objetivo último es mejorar la imagen de marca que de esa empresa tiene la sociedad.
Aunque el origen es anterior, se puede fijar el inicio de esta “moda”, sin fechar, en el día en que alguien tuvo la brillante idea de que si plantaba en algún secarral cuatro arbolitos estaba haciendo un bien al común de los mortales, aunque luego su actividad trascendiera de ese número y dañara muchos más. En fin; no es este un espacio para hablar de esta cuestión.
Con el paso de los años, más y más entidades han ido desarrollando diferentes estrategias relacionadas con la RSC, a fin de generar una simpatía en el potencial usuario de su producto o servicio que llame al uso final, de manera inconsciente. Y esto, claro, también se ha aplicado al deporte. Uno de los casos pioneros en España es el de Inter Movistar, club de fútbol sala referente a nivel mundial.
Desde hace varios años viene recorriendo la geografía nacional con la Gira Megacracks. Nada nuevo, si se tiene en cuenta que el Real Madrid de ‘Los Galácticos’ viajó por Asia como si fueran The Beatles. Pero cuenta, esta acción, con una particularidad: además de instruir a miles de niños en el fútbol sala, presta una especial atención a la sociabilidad de personas disminuidas físicas o psíquicas.
Otro ejemplo, este de ciclismo. El equipo sudafricano MTN-Qhubeka lleva repartiendo bicicletas por todo el continente negro desde su creación, especialmente en las zonas más rurales y más desfavorecidas, en las que los niños tienen que recorrer largas distancias para ir al colegio o para cubrir sus necesidades más básicas.
Más recientemente, el Rayo Vallecano ha decidido apostar por una segunda equipación en la que aparece el arcoíris, representando cada color una lucha distinta, que pasan desde la sensibilización contra el cáncer hasta integración de personas con discapacidad, pasando por la lucha contra la discriminación por orientación sexual.
Antes, se comprometió a pagar una vivienda a Carmen Martínez, una mujer de 85 años que fue desahuciada de su piso o trató de traer a España a los hijos de su exportero Wilfred, cuando este se encontraba en un estadio terminal de una grave enfermedad –la propia Carmen Martínez cedió una parte del dinero que le fue donado para tal fin–.
Seguro que además han visto en televisión que el caso de Osama y su hijo Said, refugiados sirios que fueron pateados por una periodista húngara. Una vez fueron traídos a España, más concretamente a Getafe, el padre ha sido contratado por CENAFE (Escuela Oficial de Entrenadores de Fútbol y Fútbol Sala), que preside Miguel Galán, ruidoso candidato a ocupar el trono de Ángel María Villar en la Real Federación Española de Fútbol.
Por no hablar de que Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, no dejó escapar la ocasión de invitar a la familia al palco del Santiago Bernabéu. Dejando a un lado a esta familia, pero no el tema: en plena crisis de los refugiados, Espanyol y Villarreal, entre otros muchos clubes, decidieron destinar parte o la totalidad de alguna de sus taquillas para sufragar gastos de mantenimiento de aquellos que lleguen a nuestro país.
RSC en el deporte vallisoletano

de esta temporada, con el 016, teléfono de asistencia ante casos de violencia de género
No todas las acciones son de este calibre, aunque son algunas de las más representativas. Traído a nuestro territorio, a Valladolid, también se pueden considerar acciones de responsabilidad social corporativa otras de menor calado aparente, como las campañas de recogida de alimentos que lleva a cabo el Real Valladolid o cualquier otra similar que se pueda desarrollar.
Sin intención alguna de rasgarse las vestiduras: se puede decir sin temor al error que el Real Valladolid no es quien más explota esta vertiente social dentro del deporte vallisoletano. En su condición de pez grande, quizá debiera ejercer de verdadero agente social; de proyectar una imagen cercana, comprometida o incluso paternal que no existe.
En este sentido, otros clubes como el Aula Cultural –que lleva el 016, el teléfono de asistencia ante casos de violencia de género, en una de sus mangas– o El Salvador, con diferentes acciones que llevan cada año, son los referentes en el deporte de la provincia, entendiendo la palabra referente como ejemplo y como espejo a seguir.
Volviendo a ejemplos de fuera de Valladolid: la Fundación Athletic Club está a años luz de cualquier otro ente deportivo. Pruebas que lo constatan hay muchas. Como por ejemplo, el festival de cine ‘Thinking Football’, que lleva tres ediciones tras comenzar siendo un ciclo de conferencias que tuvo en Eduardo Galeano a su más insigne conferenciante [nota: recomendable, muy recomendable, aquella ‘reflexión’], u otras tantas ya referenciadas en este portal en julio de 2013, después de la conferencia de Galder Reguera, responsable de la Fundación Athletic, en el ciclo ‘¿Por qué el fútbol’?‘.
Devolver a la sociedad lo que la sociedad da
En febrero de este 2015, con motivo de ese ciclo de cine, Ecos del Balón publicó una charla con el citado Galder Reguera en la que era cuestionado por el principal objetivo de la Fundación Athletic Club: devolver a la sociedad lo que la sociedad da al Athletic. La respuesta, pueden leerla AQUÍ. Para tratar de abreviar, en la medida que sea posible, no se profundizará más sobre este agente.
Pensará más de un lector: “Ya, pero nosotros no somos el Athletic. Su idiosincrasia es única, y su presupuesto mucho mayor”. Ya. Cierto. Pero no por ello se ha de olvidar esa premisa: devolver a la sociedad lo que la sociedad da.
En este sentido, el Real Valladolid ha encontrado en Cuatro Rayas no solo un patrocinador entregado, sino algo más importante: un verdadero compañero de viaje. Porque es, la bodega, imaginativa y excelsa en cuestiones de RSC.
En diferentes ocasiones, Cuatro Rayas ha recibido premios que reconocen su compromiso con la sostenibilidad de su entorno o con su comunidad y sus recursos. Asimismo, ha recibido también honores por su estrategia de comunicación; cuestiones, en fin, que han mejorado –y mejoran– su imagen de marca, beneficiada, también, por cómo orientan sus esfuerzos a través de patrocinios.
En el caso que aquí nos ocupa, no solo paga por aparecer en el pecho de la camiseta, sino que también trata de germinar y ganarse la simpatía de los aficionados del Real Valladolid con la puesta en marcha de iniciativas como #HermanosdeFútbol, anunciada este martes por la entidad blanquivioleta, y que viene a convertir a la bodega en nexo de unión entre el club vallisoletano y el Real Oviedo, su próximo rival, que nunca enemigo.
Después de catorce años sin verse –excepciones hechas de los partidos entre los carbayones y el Promesas del pasado curso y el de Copa–, las dos aficiones, hermanadas, lo harán este domingo en el encuentro de Zorrilla… o antes, porque Cuatro Rayas ha preparado, con el apoyo del Real Valladolid y del Real Oviedo una serie de actividades destinadas a crear ambiente.
Junto a la creación de una página web, a través de redes sociales se puede interactuar ya con el citado hashtag, #HermanosdeFútbol. También en un foro creado para tal fin, o customizando el avatar a través de una aplicación que se encuentra en ese portal. Asimismo, repartirán pulseras conmemorativas en las inmediaciones de Zorrilla y venderán unas bufandas con un diseño especial para la ocasión.
Por último, durante el partido –al que los jugadores saldrán con unas camisetas también especiales– impulsará un bufandeo conjunto, en el minuto catorce, un concurso de penaltis entre aficionados de los dos equipos o el momento para el recuerdo que se vivirá cuando César Martín, exjugador ovetense, y José Luis Santamaría, quien fuera zaguero del Real Valladolid, se saluden en el centro del campo.
Servirán todas estas actividades para unir a dos aficiones ya hermanadas. Supone una iniciativa positiva, enriquecedora, que promete dar ejemplo al fútbol patrio. Y es, sin duda alguna, la enésima confirmación de que el Real Valladolid necesita tener a su lado a Cuatro Rayas, no solo en lo económico, sino también en lo institucional. En lo tocante a la RSC, es su bastón, su pilar, su guía.
