Portugal tuvo que recurrir a tres jugadores del Promesas para completar la convocatoria la pasada jornada y después no contó con ellos

Los jugadores de las categorías inferiores del Real Valladolid no terminan de asentarse en el primer equipo. Resulta raro, puesto que en muchas ocasiones, como en el tramo de la temporada pasada en el que Roger estuvo lesionado y Guille Andrés tampoco tuvo demasiadas oportunidades, es necesario el apoyo de los que vienen de abajo.
¿Hay apuesta por la cantera? Sí, pero parece que a largo plazo. En los últimos años ningún jugador parece haber convencido a los diferentes técnicos para sacar adelante las malas situaciones vividas. A veces, cuando a los veteranos se les exprime y no les queda ni una gota, se debería confiar en los de abajo, que vienen pegando fuerte.
Obviamente, no todos llegarán al fútbol profesional, sobre todo si no tienen la oportunidad de demostrar que pueden hacerlo. Pero este Real Valladolid no está exprimiendo al máximo sus recursos en los últimos tiempos.
El caso más claro es el del lateral izquierdo. A Carlos Peña se le fue apagando la llama la pasada campaña y Rubi no se atrevió a apostar por Brian, quien cuajó un gran curso en el Promesas. Iba convocado, pero no jugaba. Teto y Ángel tuvieron que ocupar esa demarcación en el filial y el madrileño lo hizo con nota. De hecho, esta temporada juega ahí. Ha tenido dos actuaciones destacadas con el primer equipo –ambas contra el Real Oviedo–, sustituyendo a un Hermoso que ha ido de más a menos, y ya.
Ángel ha cumplido con el Real Valladolid y su filial, aunque no parece ser suficiente. En estos momentos el primer equipo blanquivioleta solo cuenta con Mario Hermoso como lateral izquierdo puro. Mojica puede actuar ahí, pero la pasada campaña no convenció por sus carencias defensivas. Ese es el punto a mejorar del jugador del Promesas. Quizá sea eso lo que le falte, ya que cabe recordar que su posición natural es el extremo. Pero, aún así, es el que ahora mismo se encuentra más cerca de tirar la puerta abajo.
Los asiduos a Los Anexos se sorprendían el otro día por la ausencia de Toni en la convocatoria con el equipo de Portugal. El murciano ha sido uno de los jugadores más destacados en lo que va de temporada –sino el más–, pero tendrá que seguir esperando su oportunidad. Parecía que él era el más indicado para sustituir a Óscar. El cuerpo técnico, en el que se encuentra el exentrenador del Promesas Rubén Albés, tomó la decisión de llevar a Jose, que también está a un gran nivel esta temporada.

Ambos, más habituados a atacar desde la banda, saben jugar por dentro. Lo más justo, por méritos, hubiera sido que Toni viajara a Almería, pero eso habría supuesto debilitar a un Promesas que disputaba un partido ante un rival directo, el Atlético Astorga. Esa decisión hacía presagiar que los tres convocados –Jose, Anuar y Dani Espinar– iban al Juegos del Mediterráneo a tomar el sol y a completar la lista de dieciocho. Y así fue; sobre todo cuando Portugal optó por sacar del campo a Rodri para meter al central Juanpe –el único con ficha profesional que quedaba en el banquillo–.
Pero, casualidades del destino, no fue Toni el más destacado ante el Atlético Astorga, ni siquiera uno de los tres mejores. Los galones en la banda derecha, con la ausencia de Jose, los cogió un David Mayoral que progresa a pasos agigantados. Si las lesiones le respetan, el todavía juvenil tendría que estar en el primer equipo en esos 2-3 años que comentó José Antonio Prieto ‘Cata’ en #HacemosCantera.
Las promesas deberían dejar de ser eternas, como viene ocurriendo. Esa falta de oportunidades hace que los jugadores que terminan su etapa sub-23 opten por seguir su camino lejos de Valladolid. Hace dos años, cuando el Real Valladolid estaba en Primera y el filial en Tercera, era más comprensible verlo como algo lejano. Pero desde el pasado curso la diferencia es de tan solo una categoría. El escalón es más pequeño y los más preparados lo están para volar sobre el césped de Zorrilla.
