Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Siete de nueve. Suena tentador, ¿verdad?. ¿Se lo imaginan? El Real Valladolid de Miguel Ángel Portugal, tras tres partidos, ha conseguido semejante cifra de puntos. Números que podrían presuponerse de ascenso en este pequeño periodo marcado por el nuevo entrenador blanquivioleta. Pero por ahora solo son sueños, y los sueños, sueños son, que decía Calderón de la Barca.
Enfrente espera esta jornada un Leganés que sueña con dar la campanada, y por qué no, sabiendo que no hay nada que perder. Los de Asier Garitano llegan con cierto margen sobre la línea roja del descenso, pero arrancar aunque solo fuera un punto de Zorrilla supondría todo un golpe de efecto para un equipo que todavía tiene mucho que demostrar esta temporada.
De menos a más
Y es que el conjunto pepinero descansa en la decimoquinta casilla de la clasificación, a merced de trece puntos, empatado precisamente con el Pucela. Una buena etapa el año pasado en el que fue su regreso a Segunda después de diez años en la B han hecho que los madrileños se crezcan en cierto modo y se vean capaces de firmar la estabilización en la categoría esta temporada. ¿Por qué no?
La cuestión es que por el momento los de Asier Garitano –sin ningún tipo de parentesco con Gaizka, para aquellos que duden- van cumpliendo con la premisa de permanencia, pero a trompicones. Efectivamente los pepineros se encuentran con trece puntos cosechados con dos victorias, nada más y nada menos que siete empates y dos derrotas, pero este partido se antoja clave. Resulta que tanto el play off como el descenso se encuentran a tres puntos, por lo que este partido podría ser punto de inflexión.
Y hablando de play off, bien hay que reconocer que el año pasado la afición llegó a suspirar pensando en la dicha. Se firmó otro año más en Segunda a falta de cinco jornadas e incluso se hizo un amago de alcanzar los puestos amarillos, pero la meta se planteó imposible. Por eso este año, aprovechando que la Segunda está tan igualada, se sueña con dar el do de pecho.
Por historia no será, desde luego. Un clásico de la categoría de plata en los años noventa hasta que se firmó la caída al infierno de Segunda B confirman al club como uno de los más antiguos de los veintidós de Segunda. Con un presupuesto lógicamente reducido, en torno a los cuatro millones de euros, hacen que el Lega quiera afianzarse definitivamente en el fútbol profesional.
¿Va camino de ello? Pues quizá este año tenga todavía mucho camino por delante. Garitano no ha conseguido dar todavía con la tecla del juego correcta, y demasiados empates –se trata del equipo con más esta Liga, con siete- están impidiendo que el equipo pueda aspirar a cotas más altas. Todo podría ser cuestión de tiempo.
Plantilla renovada

Es posible que esta falta de adaptación sea en gran parte por la reestructuración a la que se vio sometida la plantilla el pasado verano. Prácticamente un 80% del vestuario terminó por hacer las maletas una vez conseguida la permanencia, por unas u otras razones, y claro, conseguir que todo vuelva a funcionar como debe no se consigue de buenas a primeras.
Eraso, Postigo, Chuli, Diamanka, Marc Bertrán, Postigo, Diego Aguirre… Todos fueron marchando poco a poco este verano para dejar espacio en un vestuario que se ha rellenado con jugadores jóvenes y competitivos para tratar de hilvanar la mejor plantilla posible. La inversión de la familia Pavón, con la actual presidenta María Victoria a la cabeza, ha sido más que generosa y dinero había para gastar, por lo menos. Solo el tiempo dirá si se ha hecho bien, claro.
¿Y quiénes han llegado? Varios se tratan precisamente de viejos conocidos blanquivioletas y que han conseguido abrirse un hueco habitual en los onces de Garitano. Véase Omar Ramos, Lluis Sastre o Rubén Peña. Borja Lázaro e Szymanowski parecen estar confirmándose como pareja goleadora, con tres y dos goles respectivamente, de manera que los de Portugal no deberán perder ojo de ninguno. De hecho, no será momento de despistarse este sábado en Zorrilla.
Curiosidad del rival de esta jornada: 1928, año clave tanto para Real Valladolid como para Leganés. ¿Por qué? Los fieles blanquivioletas lo habrán adivinado bien rápido, y es que se trata del año de fundación del club blanquivioleta… exactamente igual que el del conjunto pepinero. Eso sí, el Pucela es el hermano mayor porque se fundó el 20 de junio, mientras que el Lega nació tres días después, el 23 de junio.
