2016 comienza con nuevos retos para el fútbol base provincial; con una serie de objetivos que han de elevar el nivel del balompié formativo de la provincia

Decíamos, 2015 no fue un mal año para el fútbol base vallisoletano. Pero, teniendo en cuenta cómo comienza, 2016 sí podría serlo, dada la situación precaria de un buen puñado de equipos. Los propósitos de nuevo año han de servirles para disipar las dudas de la primera mitad de la temporada o para borrar las malas sensaciones; para cumplir sus objetivos y, todos uno, elevar el nivel del balompié formativo de la provincia. Estas son sus doce retos, tantos como uvas.
Primera: Salvación del Real Valladolid Promesas
El último escalón previo al primer plantel del Real Valladolid tiene una losa que titubea. 2015 empezó mucho mejor de lo que 2016 lo hace, con el filial blanquivioleta situado en play-out, después de tocar incluso puestos de descenso. Del año nuevo no cabe esperar más que un paso adelante de los jugadores llamados a liderar al Promesas hacia la salvación. Aunque desde el club no se ha mostrado con claridad ese interés, es fundamental que continúe en Segunda B, lo más cerca que sea posible del primer equipo, para favorecer un hipotético salto de jugadores de nivel.
Segunda: Confirmación del buen hacer del Tordesillas
No parece que el Atlético Tordesillas vaya a pasar apuros para mantener la categoría. En lo deportivo, con eso basta, en un corto plazo. En uno medio, establecido para todo el 2016, cabe esperar que el club siga haciendo las cosas bien en los despachos y que reduzca su deuda, lo que le serviría para dar, en la segunda mitad del año nuevo, un paso adelante. A mayores posibilidades económicas, mayor será el atractivo de una entidad con ansia de crecimiento.
Tercera: Permanencia del CD Parquesol en la Segunda Femenina
Que el fútbol femenino está en auge es una realidad constatable, aunque la afición que congrega el Parquesol todavía no es suficiente. Poco a poco los medios se van haciendo eco de sus gestas y principales novedades, y las instituciones –al menos la LFP– parecen comprometidas con que continúe ese crecimiento. La entidad naranja no se debe descolgar de este, debe seguir presente, pues más fácil será que se beneficie el que ya está que el que llega, sin estructura. La Regional es la (casi) nada.
Cuarta: Salto de calidad de los juveniles del Real Valladolid

Tras un convulso 2015, parece que los juveniles del Real Valladolid solo pueden mejorar. Pero deben hacerlo. Entre el conjunto de División de Honor y –sobre todo– el de Liga Nacional hay mimbres; jugadores que ‘tocarán’ Promesas no solo por compromiso, sino también por calidad. La hay, incluso, para pensar que a largo plazo alguno puede llegar al primer equipo. Pero para ello han de competir. Ya; pues competir es formarse.
Quinta: Salvación de la UD Sur
El Ascensores Zener viene acuciando ese problema que uno tiene cuando es pequeño: que cuando crece le duele detrás de las rodillas. En el caso encarnado, la articulación que se resiente es la competición; mientras intenta pegar el estirón como club, le duele la División de Honor. Salir de los puestos de descenso y conseguir por segundo año consecutivo la permanencia es vital para que ese crecimiento siga.
Sexta: Retorno a Tercera del Villa de Simancas
La salvación de la Sur es importante porque, en la formación, el factor competicional es importante. Si no hay potencial de nada sirve competir lo más arriba posible, pero si lo hay, cuanto más arriba se compita, mejor. Cuanto más arriba estén los equipos de la provincia, se supone que la preparación será mejor y demostrará ser mayor. El Simancas es otro ejemplo de esto: está mejorando su estructura, algunos resultados lo avalan, pero terminará de hacerlo el afianzarse en las categorías superiores. Por ello, es importante el retorno a Tercera. Si quiere demostrar que se expande a lo alto –por categoría– y a lo ancho –por estructura y calidad–, ese ascenso es básico.
Séptima: Que en Liga Nacional descienda el menor número de equipos posible
El propio Villa de Simancas muestra en juveniles la misma problemática que en aficionado, o que la Sur en División de Honor: le falta estabilidad en la primera etapa del crecimiento, que es la del propio estirón. Antes de intentar caminar seguro, en este caso en Liga Nacional, ha de sufrir, y en ello está. Lo duro del caso es que el Arces y el Parquesol también lo están haciendo, cuando se suponía que ellos ya habían crecido y, por tanto, deberían andar con cierta firmeza. Dicho esto, que se salven los tres parece una quimera, pero por los motivos ya esgrimidos –eso ya manido del crecimiento–, cuantos más se salven, mejor.
Octava: Que cualquier descenso venga acompañado de un ascenso
Si alguna gallina sale, otra deberá entrar, como cuando Betis y Simancas se ‘intercambiaron’ en Liga Nacional el pasado verano. Mantener el nivel del fútbol formativo es lo menos que cabe esperar, si bien Valladolid, como capital que es de la región, debería aumentarlo hasta convertirse en el claro referente que, por desgracia, no es. La gallina que termina 2015 más cerca de entrar para cubrir la salida de otra es el Victoria de Juvenil Regional. Por desgracia, es la única en el que para muchos clubes es el último escalón formativo.
Novena: Ascenso del San Pío X a la Segunda Femenina
Antes decíamos que, dado el crecimiento que viene experimentando y que se prevé del fútbol femenino, es importante estar, como el Parquesol. Pero también lo es llegar, claro. Y el San Pío X, después de varios intentos frustrados, incluso en los despachos, debe hacerlo. Teniendo en cuenta el altísimo nivel de amateurismo del fútbol femenino, no solo del club, lo mejor sería ascender para crecer de la mano, pues de lo contrario –siguiendo en el amateurismo frente al crecimiento del futfem– sería más difícil arribar. El reto de las rojiblancas es hacerlo a la tercera. El de la entidad del barrio de Girón será acompañar ese salto de categoría, si se da, para que haya garantías de competir y asentarse dentro del nuevo contexto.
Décima: Que se afiancen los distintos regionales de inferiores categorías de formación
Después de varios años con problemas para mantener la categoría, parece que la UD Sur no pasará apuros para hacerlo en la Regional Juvenil y en la Infantil –quizá sí un poco más en la Cadete–. Es, la primera, una categoría en la que los vallisoletanos vienen sufriendo, lo que muestra que las generaciones actuales que compiten ahí son pobres. Como en la Liga Nacional, el deseo, y a la vez reto, es que descienda el menor número de equipos –hoy lo harían Betis, Parquesol B y Atlético Pincia–, por el bien de las generaciones venideras.
Undécima: Otro paso adelante en edades infantil y cadete
En las referidas categorías regionales en Infantil y Cadete, los equipos vallisoletanos vienen cumpliendo sus objetivos. A día de hoy no habría ni un solo descenso; es más, el Parquesol Cadete y la UD Sur Infantil se encuentran en los primeros puestos. Seguir en esta línea es el propósito de todos los que están. El de los que no, será dar un paso adelante en forma de ascenso, algo siempre complicado. Betis y Rondilla, en cadetes, y Parquesol y Arces, en infantiles, pugnan por disputar la promoción.

Duodécima: Una mayor apuesta por lo de casa por parte del pater familias
Todo lo anterior servirá de entre poco y nada si no se acentúa la apuesta por lo de casa del pater familias; del Real Valladolid. Ciertamente, en 2015 se apostó más que en años atrás, si por ello entendemos que se dio prioridad a lo cercano sobre ‘amigocracias’ varias. Sin embargo, la reducción de las partidas para operar en el fútbol formativo ha podido o puede afectar a todos los eslabones, del Promesas hacia abajo. Un primer paso es el convenio de colaboración firmado con alrededor de una veintena de clubes del entorno. Pero se deben dar más. La entidad blanquivioleta debe convertirse sí o sí en protectora y garante de lo que le rodea, ya que cuanto más crezcan los clubes de la provincia más serán sus posibilidades de nutrirse de jugadores y técnicos más preparados, que, a su vez, crecerán más y mejor si lo hacen en unas condiciones adecuadas. El primer paso, fundamental, ha de ser el cambio de césped sintético de Los Anexos. Pero ni mucho menos el único.