Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Ahora sí que sí. Un último esfuerzo, tan solo una victoria más, para terminar de auparse a los puestos altos de la tabla. Un triunfo más para volver a ilusionar a la gente, para poder decir que estás en la pomada. Lo que se juega el Real Valladolid este domingo ante el Numancia son más que tres puntos, toda vez que seis partidos consecutivos sin conocer la derrota han servido para volver a un lugar más o menos digno.
Pero la cosa no estará fácil, claro. Más allá de las expectativas de la afición, que confía en volver a las andadas del ascenso, está el propio equipo que debe ser el primero que se lo crea. No es sencillo, veinticinco jornadas después, no haber estado ni una sola de ellas en puestos de play-off. Suena terrible, sí, y por ello el Pucela deberá comenzar a ganar el partido casi desde el momento en el que se pise el vestuario.
Rachas parejas
Bien hay que decir que se presupone que el Valladolid parte con algo de ventaja por eso de jugar en casa, pero lo que podrá verse este domingo en Zorrilla es el choque de dos rachas que están resultando bastante parecidas entre el final de la primera vuelta y el comienzo de la segunda. Los seis encuentros sin perder de los blanquivioletas frente a las cinco de los rojillos. Nada mal por ambas partes.
La cuestión es que el Numancia no renuncia a nada esta temporada. Tras un comienzo algo irregular, también parejo al del Pucela en cuanto a varios tropiezos inesperados y demasiados empates, el objetivo del play-off está vivo todavía, y es que la grada de Los Pajaritos lleva demasiadas temporadas en la zona templada de la tabla. Mucho ha llovido desde aquella 2008/09, la última con el club en Primera, y desde entonces todo ha sido terminar en un espacio intermedio.
Pero eso se acabó, o al menos en ello se confía. El problema por el momento están siendo las mencionadas igualadas, un lastre pesado a la hora de cosechar puntos para encaramarse a los puestos de privilegio. Nada menos que doce en veinticinco jornadas, casi la mitad, que sumadas a siete victorias y seis derrotas hacen un total de 33 puntos, tres menos que el Pucela y a seis de la promoción. Una victoria este fin de semana sería fundamental.
Para ello, Jagoba Arrasate llegó a comienzos de temporada al banquillo del Numancia en sustitución de Anquela con un objetivo muy claro: imprimir su sello en un vestuario que bien hay que decir que por ahora no ha conseguido cuajar. Sí, la plantilla podría dar mucho más de sí, pero el entrenador no ha dado todavía con esa tecla que permita a la grada disfrutar de su equipo.
Joven y sin excesos

Bien claro lo tenía la directiva numantina durante el verano. Pese al cambio de técnico, la filosofía a seguir a la hora de realizar incorporaciones sería la misma de los últimos años. Es decir, búsqueda de talento y juventud a partes iguales, de esos jugadores que salen de abajo y llegan con ganas de comerse el mundo, aunque sea con poco nombre.
Con una economía humilde pero aseada llegaron nuevos fichajes como Álex Alegría, Aquino, Gaztañaga o Marc Mateu, después de que un viejo conocido de la afición blanquivioleta como Óscar Díaz pegara la espantada justo al término del mercado invernal y se marchara al Mallorca.
No sobra decir tampoco que fueron precisamente los baleares quienes se llevaron un 2-0 la semana pasada y el madrileño fue uno de los protagonistas de la jornada. Y es que pasó de héroe a villano después de realizar siete goles en la primera vuelta y se llevó varias pitadas. Es lo que tiene irse por la puerta de atrás.
Quien también sigue siendo un incombustible y auténtico protagonista del equipo rojillo es Julio Álvarez. El venezolano ya es leyenda viva del Numancia y en partidos como el del pasado domingo sigue siendo un arma eficaz pese a sus 34 años, ya que transformó un doblete para dar los tres puntos. Pese a todo, a quien deberá atar en corto la defensa del Pucela es al nombrado Álex Alegría, quien ha perforado por el momento la portería rival en siete ocasiones en Liga.
Curiosidad del rival de esta jornada: No muchos lo recuerdan, pero el Numancia vivió uno de sus años dorados en 1996, cuando curiosamente era equipo de Segunda División B. Aquel vestuario entrenado por Miguel Ángel Lotina llegó hasta cuartos de final del ‘torneo del KO’ dejando por el camino a consagrados de Primera como Sporting o Racing, de manera que solo el Barcelona de Cruyff fue capaz de apear a los sorianos, que al menos arrancaron un 2-2 en la ida en Los Pajaritos.
