Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Casi todavía con la imagen del empate ante el Numancia en la retina, toca volver a dar el do de pecho. No es sencillo, no será fácil para el Real Valladolid reponerse de lo que hubiera sido el salto definitivo hacia la zona noble de la tabla, pero solo queda apretar los dientes y volver a pelear por una victoria que supondría seguir en la pomada. Y es que a estas alturas ya es momento de empezar a mirar calendario y enfrentamientos.
Eso sí, lo primero que dice el mencionado calendario es que este domingo toca verse las caras con el Nástic de Tarragona, que precisamente viene a ser uno de los gallitos del play off. Tras el 0-0 de la ida en Zorrilla, ahora toca vivir el segundo capítulo en el Nou Estadi, donde tendrá lugar uno de los duelos cruciales por la liguilla del ascenso. Y es que el tiempo se le escapa entre las manos al Pucela.
Del pozo al gozo
Bien hay que decir que el Nástic se puede catalogar ya como una de las muchas sorpresas de la temporada en Segunda División, por lo que no tendrán un rival precisamente asequible enfrente los de Miguel Ángel Portugal. Después de tres años en Segunda B, el club catalán ha conseguido volver fuerte a la categoría de plata y veintiséis jornadas después descansa en la quinta posición, merced de 42 puntos.
Sin duda, una buena primera vuelta y un juego más que aceptable han sido claves para que los de Vicente Moreno se encuentren en la actualidad a cuatro puntos del ascenso directo que marca el Leganés, otro invitado inesperado. Solo el tropiezo de la semana pasada en casa del Mallorca con un resultado de 2-2 ha impedido que los catalanes se encuentren todavía más cerca de lo que sería un sueño.
Y es que los objetivos no estaban ni mucho menos tan marcados al comienzo de temporada. De hecho, si había alguna meta marcada por el presidente Josep María Andreu es el de la permanencia y el de consolidarse en la categoría, pero el trabajo bien hecho tiene sus frutos. Por el momento once victorias, nueve empates y apenas seis derrotas, cosechadas siempre con un fútbol más que aceptable, son un bagaje más que válido. Una estrategia de presión y ataque por bandas parece funcionar mejor que bien en Segunda.
Una estrategia que, por cierto, viene acompañada de unos jugadores que bien están sudando la gota gorda para situarse donde se sitúan. Una plantilla que entremezcla veteranía y juventud a partes iguales con bastantes pocos cambios respecto a lo que fue el bloque del ascenso. Precisamente los granas llegan con una racha muy pareja a la del Pucela, con seis partidos sin perder.

Foto: LFP
Plantilla compensada
¿Pero y quiénes son estos jugadores que están realizando esta gesta? Pues hay de todo. Es inevitable sacar a la palestra el nombre de un jovencísimo José Naranjo, pichichi del Nástic con siete goles por el momento, aunque Assoubre no se queda muy atrás con cinco.
Ambos con poquitos años, veintiún y veintitrés respectivamente, llevan a sus espaldas el peso goleador del equipo esta temporada.
Pero hay más. Dado el ajustado presupuesto de un club que aunque no pase apuros económicos tampoco está para tirar cohetes, se aprovechó la ocasión de traer a un viejo conocido de la liga española como es Achille Emaná del Atlante mexicano.
El camerunés lleva tres dianas en su cuenta particular, pero más que los goles que pueda transformar se trata del aporte en la mediapunta para un Nástic que juega a su son. Otros como Manolo Reina bajo palos (aunque no estará por acumulación de amarillas) o una perla como Sergio Tejera, traído del Alavés, también son piezas fundamentales en el esquema del conjunto catalán.
Así las cosas, la que le espera al Pucela este domingo en el Nou Estadi no se plantea fácil. Un partido en el que nada más decretarse el comienzo ya existirá la presión de tener que ganar para alcanzar la zona noble de la tabla, con el añadido de que el Nástic también necesita los tres puntos para continuar en la estela del ascenso directo. ¿Pero quién dijo miedo?
Curiosidad del rival de esta jornada: El Nástic de Tarragona es de los pocos equipos de la Liga de Fútbol Profesional, por no decir el único, que tiene su propia marca deportiva para vestir a sus jugadores. También se llama Nástic, como el club, y el símbolo es una letra N bordada en rojo. Viste a la primera plantilla y también a todos los conjuntos del filial.
