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El Detalle: Los cambios que debieron dar continuidad

por Jesús A. Zalama
28 de febrero de 2016
Rubio y Tejera || Foto: LFP

Rubio y Tejera || Foto: LFP

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Miguel Ángel Portugal no realizó ninguna sustitución hasta el minuto ochenta

 

Emaná || Foto: LFP
Emaná || Foto: LFP

La primera parte del Real Valladolid frente al Nàstic de Tarragona fue una de las mejores –por no decir la mejor– de lo que llevamos de temporada fuera de casa. Pese al gol de los catalanes y el tremendo daño (que se siguió prolongando durante el partido) de Emaná y Jean Luc, los primeros 45 minutos del Real Valladolid fueron entretenidos, vistosos por bandas, muy buenos tácticamente en la presión de sus puntas (Rennella y Roger) y con fluidez a la hora de descargar el balón. Esto último, nuevamente, por obra y gracia de Álvaro Rubio.

La intensidad y el ritmo del choque produjeron una primera una primera parte muy atractiva para el espectador, con continuas llegadas y situaciones de apuro para las dos defensas. Esto llevó aparejado que el desgaste físico fuera mayor que en otros encuentros, algo que ya demandara Carlos Suárez no hace excesivas fechas.

Dicho lo cual, el Real Valladolid se vació, si no por entero, sí en gran medida, lo que acumuló el cansancio. La pretensión del cuadro de Miguel Ángel Portugal para el segundo tiempo debía ser seguir, al menos, tan bien como en la primera parte. Si esto se hubiera llevado a cabo, el equipo blanquivioleta, a buen seguro, regresaría a la capital castellano y leonesa con los tres puntos.

¿Y por qué no fue así? Pues ya lo hemos apuntado: el bajón físico. La intensidad y el ritmo no pudieron sostenerse en la segunda parte, hecho dentro de la lógica, pero hay armas que pueden contrarrestar eso y parten desde el banquillo, que, sin embargo, no las utilizó cuando debía.

El declive físico blanquivioleta comenzó relativamente pronto en la segunda parte, pero en el minuto setenta ya era algo muy evidente. Sin embargo, Miguel Ángel Portugal no refrescó el equipo con un cambio hasta el minuto 80, cuando dio entrada a Óscar González por un desafortunado Nikos. Más tarde, ya casi sin tiempo, Manu del Moral sustituyó a Vincenzo Rennella.

El técnico burgalés no supo ver, o, si lo vio, no optó por mantener, en la medida de lo posible, el alto rendimiento de la primera parte con la entrada de jugadores de refresco a su debido tiempo. Quizás, la entrada de Borja para sostener el medio del campo y que este dejara de ser un lugar de mero tránsito sin peaje alguno podría haber resultado positiva, o, también, la de Guzmán, quien podría ayudar más defensivamente a Nikos que Mojica.

Sea como fuere, lo que es objetivo es que los cambios de Miguel Ángel Portugal se realizaron tarde y que de haberse producido con anterioridad, estos podían haber mantenido el nivel que el equipo mostró en la primera parte.

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