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Desilusión en Zaragoza

por María Vidal
15 de abril de 2016
en Sin categoría
Foto: LFP

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Pese a que el conjunto maño se encuentra en puestos de play-off, la afición blanquilla no está contenta con el rendimiento de su equipo

 

La afición del Real Zaragoza en Oviedo
La afición del Real Zaragoza en Oviedo

El Real Zaragoza acumula una temporada llena de subidas y bajadas. Tras la mala racha de resultados del conjunto de Carreras, los maños ven cómo el sueño del ascenso directo se escapa por tercera temporada consecutiva. Con nueve finales por delante, la incertidumbre de los resultados ha calado en una afición que cada vez se siente más decepcionada con el equipo.

Con la presión –una temporada más– de volver por fin a Primera División, el Real Zaragoza comenzaba su andadura en esta nueva campaña con una caída en picado. En el mes de septiembre el conjunto aragonés no logró ganar ningún partido. La escasez de puntos vino acompañada de un juego pobre que provocó la primera desilusión del curso en la afición aragonesa. Tras rozar el ascenso la pasada campaña, los hinchas blanquillos empezaban esta con la convicción de que su equipo lograría la ansiada vuelta a la máxima categoría del fútbol español.

La primera vuelta fue una continua montaña rusa, donde el técnico serbio, Ranko Popovic, se jugó el puesto en cada partido. Finalmente, tras la dolorosa derrota ante el Nàstic de Tarragona, con un desplazamiento masivo en el que cientos de aficionados acompañaron al Real Zaragoza en el Nou Estadi, fue destituido, dejando paso en el banquillo al entrenador catalán Lluís Carreras.

La designación de Lluís Carreras provocó la primera tormenta en La Romareda. Tras casi un mes sin entrenador, la desilusión rondaba a unos aficionados blanquillos que terminaron reprochando a la directiva su falta de planificación, además de la elección de un técnico inexperto que, para la mayoría, no estaba a la altura de un club como el Real Zaragoza.

Tras la tormenta inicial de la etapa Carreras llegó la calma, y con ella la racha de buenos resultados que hicieron creer a la afición que el ascenso directo todavía podría lograrse, después de seis meses de continua desilusión. Sin embargo, las derrotas sufridas ante el Girona y el Elche y la pobre victoria ante el Mallorca han traído, una vez más, la resignación a La Romareda.

El Real Zaragoza ocupa, a nueve jornadas del final, el quinto puesto de la clasificación de la Liga Adelante. A pesar de colocarse en posiciones de play­-off, el equipo ve su verdadero objetivo, el ascenso directo, a ocho puntos de distancia. Con veintisiete unidades en juego, pocos son los optimistas que todavía creen que los hombres de Carreras podrán reducir esta distancia en los últimos partidos. Además, para más desilusión maña, si el equipo aragonés ganara todos su compromisos y logrará alcanzar la barrera de los 76 puntos, difícilmente le serviría para ascender a Primera División.

Atentos a los precedentes. Con 76 puntos, los maños solo habrían logrado el ascenso directo hace dos temporadas, cuando el Eibar se proclamó campeón de la Liga Adelante con 71 unidades en la liga más barata. En el resto de ocasiones no le habrían servido para promocionar. Da la sensación, por lo tanto, de que el ascenso directo es ya algo tremendamente complicado para el Real Zaragoza.

Con los pies en el suelo y la desilusión más que patente, la afición maña afronta el encuentro ante el Real Valladolid con un desplazamiento masivo. Los aragoneses han asumido el partido como una auténtica final, de cara a asegurar un puesto de play-off que les permita jugarse la última bala de volver a Primera División.

 

Ángel intenta rematar
Ángel intenta rematar

Subir o subir

Los aficionados blanquillos saben que esta vez está en juego mucho más que la alegría de un ascenso. Dada la difícil situación del club, tras la gestión de Agapito Iglesias, el Real Zaragoza se juega la vida cada temporada que pasa en Segunda. Con la llegada de La Fundación Zaragoza 2032, la entidad redujo su deuda neta con hacienda en 16,2 millones al término del ejercicio 2014/15.

Sin embargo, la entidad todavía acumula una deuda de 90,3 millones, que se haría muy difícil de solventar si el club continuara en la categoría de plata las próximas campañas. Por tanto, el ascenso del club blanquillo no solo supondría volver a codearse con los grandes del fútbol español, sino que también aseguraría a la afición blanquilla la supervivencia su equipo.

Si algo ha demostrado el pasado es que las continuas desilusiones no acaban con la esperanza zaragocista. Tras casi nueve años de sin sabores, marcados por la gestión de Agapito Iglesias, la afición maña ha dejado claro que se mantendrá al lado del equipo contra viento y marea. Valladolid es solo la primera parada de estas nueve finales que afrontan equipo y afición, con la ilusión de devolver al Real Zaragoza al lugar que le corresponde.

La decepción acumulada no será, una vez más, un problema para los aficionados blanquillos que pondrán todo de su parte para tener un final feliz de temporada. Decenas de aragoneses ya preparan su desplazamiento para ser el jugador número doce en Pucela y ayude, al igual que la temporada pasada, a llevar a tierras aragonesas los primeros tres puntos que afiancen el play­-off.

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