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El valor de un grito, de una arenga, de la palabra equipo

por Jesús Domínguez
17 de mayo de 2016
Foto: Jesús Domínguez

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Iván Cabezudo ha destacado este año como formador en el Real Valladolid en una etapa tan importante como es la de alevín

 

Foto: Jesús Domínguez
Foto: Jesús Domínguez

Quien escribe, por trabajo, ha coincidido varias veces con el Alevín A del Real Valladolid. En lo futbolístico ha causado siempre la misma sensación, grata. Porque es un equipo que mima el balón, pero no se enreda, sabe jugar a otra cosa cuando es necesario. Su querencia por la posesión le lleva a jugar con el portero muy adelantado, en el I Trofeo Alevín esFútbol, llegando a veces casi hasta el centro del campo, pero además le gusta pisar campo rival, es ancho y profundo a través del delantero de turno y, principalmente, de la posición abierta de los extremos, que buscan continuamente dividir al rival y encararle.

Pero por encima de esto, lógico en un Real Valladolid de esta edad, llama la atención, digamos, lo emotivo. Si en algo sorprendió este pasado fin de semana a aquellos que no tenían el placer de conocer al equipo, fue el grito motivacional previo a arrancar el juego. Con él se autoproclaman un equipo, de colores blanquivioletas y de Pucela. Mejor que leerlo, es verlo. Debajo pueden.

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Quizá para muchos esto no sea algo tan destacable. Bien, prueben a ver si otros hacen piña y si la hacen igual. Relevante o no, es emocionante ver a niños de su edad hacer algo así. Claro, que pocos maestros mejores podrían tener en el sentimiento blanquivioleta, si uno tiene en cuenta que su entrenador dejó el fútbol en activo precisamente para entrenar en el Real Valladolid.

Iván Cabezudo, de veintiocho años, jugaba el año pasado en el CD Palencia. Esta temporada apostó por empezar su carrera en sus banquillos en su casa, en una apuesta en una doble dirección que ha sido un win-win para la dirección deportiva. Con él se aseguraron pasión y sentimiento y contar con un formador apasionado, cariñoso y atento con sus jugadores.

Basta con contar, por ejemplo, que el primer día de competición del I Torneo The Singular Kitchen invitó a comer a sus chicos para hacer piña. Con ver su hiperactividad antes y durante cada partido, llegando a meterse en más de una ocasión al campo, prueba de lo mucho que vive cada encuentro. O, aunque por problemas técnicos esta arenga no se puede escuchar, con disfrutar de parte del discurso final que dio a su equipo una vez ganado el I Trofeo Alevín esFútbol:

Sois jugadores del Real Valladolid todos. Hoy han tenido que entrar Héctor, Hugo, Juan, ha venido a vernos Pico… Esto es un equipo, es lo que quiero; es lo más importante de todo. Nos queda un mes y medio todavía de trabajo para pasar a fútbol 11 e intentar ser futbolistas y mejores personas aún, ¿entendido? Sobre todo humildad, trabajo, ganas de jugar al fútbol, lo que os pedía ayer: ganas. ¿Se nos ponen por delante en el marcador? Nosotros fútbol, fútbol, fútbol. El balón, el balón; importancia del balón. No entro al trapo en disputas, no discuto con el rival, me dan patadas y me levanto y sigo jugando… Eso es lo que os he pedido, que seáis un equipo, los de primer año y los que no. Todos, ¿entendido? Muy bien todos, enhorabuena, nenes, enhorabuena.

Con estas palabras puso fin a la participación en el torneo, justo antes de dejarle protagonismo a su equipo en la entrega de premios y pasar a un segundo plano, otro aspecto digno de valorar en un técnico que, cabe destacar, por sus ganas de sumar, de aprender y de hacer cosas ha asombrado dentro de la dirección deportiva este año.

El fútbol, como es lógico, será quien le ponga en el sitio que le corresponda a corto plazo, si bien el Real Valladolid tiene en él en el corto a un muy buen entrenador para sus categorías inferiores. Un entrenador que sabe que la palabra equipo está por encima de todo, como se ha visto, y con el que además sus jugadores han crecido mucho este curso.

Pase lo que pase, una cosa es segura: este equipo alevín conoce el valor de un grito, de una arenga, de lo que que es ser parte de un conjunto –Alfon, mejor jugador del torneo, dijo nada más acabar que la mención era “gracias a ellos”–. Y de lo que es vestir los colores del Real Valladolid. Ya podían aprender otros…

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