Análisis del próximo rival del Real Valladolid
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Como un naufrago que lucha desesperadamente por llegar a la orilla para acabar con su agonía. El Real Valladolid lucha desesperadamente estas últimas semanas por terminar de una vez por todas con lo que está resultado una temporada nefasta y que no hace otra cosa que sumar decepción tras decepción. ¿Y quién es el que estará enfrente esta semana? Pues un Elche que tampoco tiene demasiado en juego.
Quizá sea mucho decir para la grada de Zorrilla, más a tenor de lo visto este martes frente al Girona, pero por desgracia no se espera precisamente un gran choque este fin de semana. Otro más a la larga lista de bodrios… o no. Habrá que esperar.
Con los dos conjuntos esperando terminar de la manera más decorosa posible, de los pocos incentivos que les esperan a los ilicitanos es despedirse de los suyos con una imagen amable y de esperanza para el año que viene.
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Sin opciones
Y es que si el Pucela solo aspira a cerrar su permanencia -quién lo hubiera dicho hace nueve meses-, el Elche ni siquiera eso. Décimo en la tabla con 56 puntos, a doce del descenso y a cinco de un play off que se antoja complicado, todo apunta a que el encuentro de este domingo puede quedar precisamente en solo eso, un encuentro de un viejo conocido como es el Pipo Baraja, quien concluye su primera temporada en el banquillo del Martínez Valero.
Bien hay que decir que no ha sido fácil para el vallisoletano el percal con el que se encontró al llegar a Elche. Con el equipo salvado matemáticamente en Primera División pero descendido administrativamente, la labor de reflotar la ilusión y las ganas de un vestuario que se desintegró con el descenso no ha sido fácil. Y lo que es aún peor, intentando el regreso a la elite con una economía que, como se puede deducir, no era precisamente la deseada.
Pero lo cierto es que no lo ha hecho mal el Pipo. Tan solo se rozará el play off -habrá que esperar a estos dos partidos que restan- y no se conseguirá el preciado ascenso, pero al menos las aguas parecen haber vuelto a su cauce después de unos meses de verano convulsos y complicados en los que se llegó a temer incluso por la continuidad del club. El Elche, a día de hoy, no está para tirar cohetes pero al menos sí tira para adelante.
¿Y cómo lo han hecho a lo largo de estas 40 jornadas? Hay que decir que el nivel malo no ha sido, bueno tampoco. El hecho de que el equipo lleve seis jornadas sin ganar solo ha venido a demostrar que quizá los puestos altos eran una cota demasiada alta a la que aspirar. Precisamente las dos últimas derrotas, ante Mallorca (2-1) y Córdoba (3-1) han terminado de meter en el cajón lo poco que quedaba a lo que agarrarse. Pero por terminar la temporada de manera decente que no sea.
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El rey del empate

Vista la situación, quizá lo que podría intuirse para este domingo es un empate. La razón es sencilla, y no es otra que los ilicitanos son, de lejos, el rey del empate como local. Diez igualadas en veinte choques en el Martínez Valero así lo confirman, si bien de las otros diez ocho son victorias y apenas dos derrotas. No será fácil puntuar de tres para el Pucela.
En cuanto a los goles y a los encargados de fabricarlos, tampoco son los franjiverdes la alegría de la huerta en el primer aspecto. Hasta 37 dianas a favor -ni siquiera una por jornada- y 40 en contra dejan unos números bastante flojos, quizá algo lógico dado que la plantilla tuvo que confeccionarse en verano a contrarreloj y con unos presupuestos del todo escasos. Aún así tiene Baraja bastante fondo de armario.
Un viejo conocido en portería como es Javi Jiménez, con otros nombres clásicos de la categoría como Mandi, Javier Espinosa o Lolo, con un nombre por encima del resto. Sergio León, a sus 27 años, ha terminado por convertirse en la clara revelación de una temporada discreta, merced de veinte muescas en su revólver en estas cuarenta jornadas. Un activo muy a tener en cuenta.
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Curiosidad del rival de esta jornada: Hay que bucear en la historia para encontrar un dato curioso de asistencia en el Martínez Valero, concretamente hasta 1981. Un partido de Segunda División en el que se enfrentó al Cádiz llegó a congregar nada más y nada menos que a 46.000 espectadores, todo un récord para la categoría.
