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Desastre total para terminar

por Sergio Sanz
4 de junio de 2016
Foto: Real Valladolid

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El Real Valladolid cayó con estrépito ante un Mallorca que remontó el gol inicial de Villar y se salvó

 

Hermoso y Chica saltan con un rival
Hermoso y Chica saltan con un rival

No podía despedirse de otra manera el Real Valladolid. En el último partido de la temporada, ya con los deberes hechos, siguió en la línea negativa y tiró a la basura la oportunidad de decir adiós ante su afición con una imagen más agradable. Cierto es que ganó (1-3) el que lo necesitaba, pero al Pucela pareció importarle poco ayudar a la SD Ponferradina o, incluso, a sí mismo de cara a la campaña que viene.

Pero esto es el Real Valladolid y este ha sido un partido más de los que no se juega nada en la última jornada. Tampoco es que la imagen de los blanquivioletas en el último partido haya supuesto una sorpresa por ello. Bueno, ni por ello ni por toda la temporada. Porque, simplemente, se reflejó en un espejo cuyo cristal está muy sucio desde hace bastante tiempo.

Dos equipos que tenían que pelear por el ascenso han luchado por salvar la categoría. Uno lo logró la pasada jornada y el otro lo ha hecho en esta. Con eso está todo dicho, por lo que para ver un buen partido de fútbol había que ir a otro lado. Y muchos lo hicieron, puesto que no acudieron ni 6.000 personas a Zorrilla.

El RCD Mallorca se jugaba la vida y le pudieron los nervios al principio. Pero la preocupación no duró en los pupilos de Fernando Vázquez, pese a que pusieron la alfombra roja a Juan Villar para que hiciera el 1-0 a los ocho minutos. En la primera del Pucela y casi en la última. Así, como un bofetón.

Entonces fue como si el Real Valladolid se sintiera mal por estar descendiendo a un equipo en Zorrilla. “No fastidies que vamos a vivir un drama aquí”, debieron de pensar. Pues tal cual. La defensa blanquivioleta empezó a hacer de las suyas y el gol balear se mascaba para desgracia de un Bruno Varela que debutaba como guardameta pucelano. Vaya día para hacerlo.

Hermoso decidió taponar un disparo de Brandon igual que en Tenerife hace unas semanas y, para su sorpresa, el resultado volvió a ser el mismo: gol. Varela se estiró para intentar alcanzar el balón, pero el tiro fue demasiado bueno. Porque es verdad que los jugadores del Mallorca tienen calidad, como los blanquivioletas, aunque este año no hayan querido sacarla a relucir. Pero el partido era un drama muy serio.

Los visitantes siguieron rondando el área pucelana, pero no terminaban de dar con la tecla. Ahí apareció la figura de Manu del Moral, quien precisamente se pasó de “figura” unos minutos antes en la que pudo haber sido la jugada de su vida y pecó de chupón. El jienense creyó que la mejor opción para sacar el balón de la zona peligrosa era hacer un control de cara a su portería, sin ver nada más. La consecuencia fue dramática, ya que Sissoko le robó la pelota y Brandon terminó anotando el segundo justo antes del descanso.

En ese momento se acabó el partido y la segunda mitad fue todavía más trámite para los blanquivioletas. Al Mallorca le estaba valiendo la victoria y no quiso arriesgar ante un Pucela que tampoco le puso las cosas muy difíciles. La despedida de Roger y la teórica de Óscar quedaron poco marcadas porque la parroquia local estaba muy quemada y no tenía muchas ganas de fiesta.

De hecho, la pasividad defensiva tuvo la oportunidad de cerrar la temporada a lo grande, con un tercer tanto. Pereira controló un balón con tiempo en el pico izquierdo del área, Chica llegó tarde y, cuando le encimó, el francés sacó un disparo que se coló entre las piernas del lateral y terminó en la red.

 

A verlas venir

Álvaro Rubio da un pase
Álvaro Rubio da un pase

Villar estuvo a lo suyo, a venderse para encontrar un buen sitio el próximo curso, y optó por lanzar una vaselina cuando se quedó solo ante Wellenreuther, quien salió al borde del área, y el onubense tenía tiempo hasta para lanzar un beso a la grada. A su derecha esperó sin éxito Rodri, que le metió la bronca del siglo porque en realidad era un dos contra el portero y esta vez no estaba en posición antirreglamentaria. El desastre era total.

Solo la aparición de José le dio una chispita al equipo, aunque no fue suficiente. El del Promesas entró por un Álvaro Rubio que, pese a la resignación de la grada, se llevó una gran ovación del público. Le metió un poco de garra a sus acciones el talaverano. Presionó nada más salir y robó un par de balones, ante la cara de sorpresa de sus compañeros, que prefirieron continuar andando y pidiendo la hora, por ver que si encimaban a los rivales podían recuperar la pelota.

Y es que el esférico llevó el escudo de un Mallorca hasta la conclusión. Tocaron hasta aburrirse los bermellones, mientras esperaban que terminase el partido de El Toralín para certificar su permanencia. Al final, descendieron los bercianos y se salvaron los baleares y el Almería –este último empató a uno contra el Córdoba, con un gol de Quique–, quienes serán rivales que también desean regresar a Primera. El desastre ha sido total durante toda la temporada y el curso no podía terminar de peor manera. Toca cambiar muchas cosas. Pero muchas.

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