El Real Valladolid Promesas cuaja un partido muy serio en Valdebebas y se impone al filial madridista por cero a dos, gracias a los goles de Higinio y Samanes

Foto: Rosa M. Martín
El Real Valladolid Promesas consiguió rehacerse de la derrota del sábado ante Unionistas CF con un triunfo de postín en la cancha del Real Madrid Castilla. En Valdebebas, Rubén Albés dispuso de un once fácil de identificar como presumible titular el próximo sábado, cuando dará comienzo a su participación liguera ante el Coruxo en la localidad viguesa. Que fue tremendamente competitivo frente a un rival que aunque ha cambiado, la temporada pasada fue campeón del Grupo II de Segunda B.
Por encima de todo, esa característica es la principal a destacar dentro del juego desplegado, la competitividad mostrada por un conjunto, el blanquivioleta, que se tomó el duelo como una prueba de fuego y no se quemó. Y es que aunque los locales eran en el tramo inicial dueños y señores del balón, su tensión (bien entendida) le hizo no sufrir nunca en exceso.
Y eso es mucho decir, porque Solari concedió la titularidad a Achraf, Mario Hermoso, Febas, Valverde o Sergio Díaz, estos dos últimos, recientes incorporaciones millonarias y dos de las mayores promesas del fútbol sudamericano (uruguayo el uno, paraguayo el otro) y sí, Hermoso, el que jugó en el Real Valladolid. Especialmente Sergio Díaz estuvo muy activo en los primeros compases, aunque las ayudas defensivas echaron al traste sus acometidas.
Una vez el Promesas se adelantó, las fuerzas se dieron la vuelta y los vallisoletanos mejoraron. Pero antes llegó el cero a uno, decíamos. Fue con un magnífico centro de Manel Royo desde el lado izquierdo que remató a la red de un certero testarazo Higinio, en una semi-plancha. La jugada, aislada, fue fruto de la efectividad de un equipo que en adelante pisó bastante más terreno rival que hasta entonces. Antes del descanso, Achraf pudo empatar y Mayoral y Rai Marchán tuvieron sendas oportunidades para despegarse en el marcador, aunque sin una claridad meridiana en ningún caso.
El descanso cambió (un) poco el decorado. El Real Valladolid B siguió siendo extremadamente solidario en labores defensivas y cerró espacios de tal modo que el Real Madrid Castilla continuó obtuso y sin ideas, aunque retomó el dominio del esférico. Ahora bien, los de Solari pudieron devolver las tablas por mediación de Borja Sánchez y Mario antes de que se cumpliera la hora, pero les faltó acierto.
De nuevo superado ese primer tercio, se diluyó el arreón. Aunque los merengues tenían el balón, los de Rubén Albés seguían bien plantados, solventes en defensa y a la espera de salir al contragolpe y lograr un segundo tanto. Este arribaría con un zurdazo de Santi Samanes a la escuadra, que convertía este envite en el tercero consecutivo en el que marca y en su cuarto gol de la pretemporada.
Por delante quedaba un cuarto de hora en el que se esperaba a un Castilla a tumba abierta, y sí pero no. Se fue arriba, pero tuvo más posibilidades de encajar de nuevo que de acortar distancias. De hecho, Sinisterra (que volvió a dejar muy buenas sensaciones) vio puerta, pero el árbitro decretó que estaba en fuera de juego y su perforación no subió al marcador.
Lazo disparó fuera en la última intentona local. Y Juan se fue bien por la línea de fondo cuan equilibrista de su par, pero aunque su centro fue bueno, la defensa repelió el servicio, no sin problemas que a punto estuvieron de permitir que Sinisterra o Iván hicieran el tercero. Este no llegó, ni tampoco hizo falta. Por hacer no hacía falta ni ganar, porque lo real empieza el sábado. Aunque la victoria es importante.
El triunfo, como cualquier otro, viene a reforzar el trabajo que se viene realizando, pero sobre todo viene a hacerlo ante un clarísimo candidato al ascenso a Segunda División, que si bien es cierto que dominó el balón bastante tiempo, no consiguió hacer lo propio con el espacio.
Así, aunque el estilo fue menos dominador de lo que quiere Rubén Albés, la imagen, seria y solvente, invita al optimismo, aunque sea moderado, y sirve, con mucho, porque durante el año estos partidos también habrá que jugarlos; aquellos en los que el rival tenga más tiempo el esférico y toque fajarse.
Esta vez el Real Valladolid Promesas lo hizo bien, demostrando que está preparado para empezar a competir con sus titulares y con teóricos suplentes que también suman. Así lo deben volver a hacer el martes, casi sin descansar, en la semifinal del Trofeo Diputación frente al Villa de Simancas. Los segundos, pues se prevé que Albés se guarde efectivos o se vea obligado a hacerlo en casos como el de Anuar, que por primera vez este curso jugó a sus órdenes.
Real Madrid Castilla: Craninx; (Luca, min. 46) Achraf, Lienhart (Salto, min. 46), Hermoso, Luismi Quezada (Tejero, min. 62); Seoane, Valverde (Borja Sánchez, min. 46); Mario (Enzo, min. 62), Febas, Cristian Cedrés (Lazo, min. 46); y Sergio Díaz (Lin, min. 80).
Real Valladolid Promesas: Dani Hernández; Arroyo, Calero, Mario Robles, Royo; Anuar, Rai; Dani Vega, Santi Samanes (Juan, min. 82), Mayoral (Sinisterra, min. 72) e Higinio (Iván, min. 63).
Goles: 0-1, min. 18: Hininio. 0-2, min. 74: Santi Samanes.
Árbitro: Miguel Ángel Ortiz Blanco, del Colegio Madrileño. Mostró la cartulina amarilla a Mayoral.
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