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Papá, delantero; yo, portero

por Jesús Domínguez
1 de septiembre de 2016
en Noticias
Aitor Embela || Foto: es.besoccer.com

Aitor Embela || Foto: es.besoccer.com

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Aitor Embela, nuevo guardameta del Real Valladolid Promesas, es internacional con Guinea Ecuatorial e hijo de José Manuel Embela, exjugador de equipos como el Málaga o el Nàstic y actualmente entrenador

 

Aitor Embela || Foto: Cotif
Aitor Embela || Foto: Cotif

Sobre la bocina, el Real Valladolid Promesas ha cambiado a su segundo portero. Sergio García, cedido al Atlético Tordesillas, dejaba su lugar a Aitor Embela en una operación relámpago, activada en los últimos días del mercado, motivada por la necesidad del vallisoletano de encontrar un destino que le asegure disponer de minutos, como parece que así será, y así seguir creciendo.

El último refuerzo del filial procede del Reus, con el que rescindió su contrato tras ascender a Segunda División, quedándose, eso sí, inédito durante el curso pasado. En el conjunto catalán había quedado relegado a un tercer plano por la presencia de Edgar Badía y después de la llegada del veterano Jordi Codina. No obstante, había llegado con la vitola de ser un guardameta de gran futuro e internacional.

Sí, internacional. Con Guinea Ecuatorial, como Iban Salvador, con quien ha coincidido en alguna oportunidad en la selección, principalmente en la Copa de África de Naciones de 2015, en la que el país de su abuelo (por eso juega con este combinado patrio) fue finalista. En este campeonato no jugó, aunque sí ha llegado a debutar.

Antes de llegar a este escalafón internacional estuvo con las categorías inferiores del estado africano, y antes incluso, con la selección española sub 16, por la cual fue convocado para algún entrenamiento. Formado en las canteras del Villarreal, con cuyo filial entrenó, y del Málaga CF, donde se ejercitó con el primer plantel, tiene veinte años y destacó en abril de 2015 en el prestigioso Mediterranean Internacional Cup (MIC), uno de los escenarios que sirvieron a la dirección deportiva para fijarse en él.

Embela es la asimilación en español del apellido Mbela, heredado de su padre, que también fue jugador. José Manuel Embela, hoy entrenador, acumuló 120 partidos en Segunda B en su época como jugador. Lo hizo en una posición completamente distinta a la de su vástago, la de delantero, en equipos como el Málaga o el Nàstic de Tarragona, entre otros.

Nacido en Barcelona, destacó en 1990 en el Cotif, otro torneo con solera, disputado en L’Alcudia, como un cuarto de siglo después haría Aitor. Ambos ejercieron de capitanes; papá, del Valencia, y el hijo, del Málaga. Sucedió poco antes de que cambiara la Costa del Sol por una zona unos cuantos kilómetros más al norte en el mismo Mediterráneo.

 

Aitor Embela
Aitor Embela

Grave lesión en 2014

El nuevo cancerbero del Promesas sufrió una grave lesión en 2014, una rotura en el escafoides de la mano izquierda que le hizo estar siete meses ausente. Que no parado, puesto que trabajó para superar esta coyuntura y, tal y como se ha comentado y demuestra su fichaje, terminaría volviendo y teniendo minutos en el División de Honor Juvenil del Málaga CF, con el que disputó los torneos citados o la Copa de Campeones de la categoría.

Aunque menor, también el año pasado estuvo en el dique seco algunas semanas (una llevó a su club a firmar un portero a finales de marzo), si bien no fue esta la razón de su suplencia en el Reus, sino los cuatro años de experiencia en la categoría de Edgar Badía. Así, llega a Valladolid inédito en Segunda B; no solo eso, sino en el fútbol ‘adulto’ en general.

Aunque no había otra. El propio Sergio García planteó a última hora sus dudas con respecto a la temporada ya iniciada y el Real Valladolid, que comprendió su situación, se movió rápido. Las dudas son razonables, si bien cabe recordar que el Promesas cuenta con un guardameta con un rol de titular y con ya dos años de militancia en la Segunda División B y los parámetros económicos en los que la dirección deportiva se movía son los que son.

No por inesperado el movimiento ha de ser necesariamente fallido. El tiempo, o el fútbol, si es que en algún momento le toca jugar, aquí sí, dirá si era el fichaje que hacía falta. Pero su trayectoria no engaña: aunque inexperto en estas lides, tiene un bagaje importante en otros escalones menores e incluso a nivel internacional.

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