El máximo mandatario y propietario del club reclama al consistorio una cantidad de dinero prometida por el anterior equipo de gobierno y el compromiso de una mejora en Zorrilla y Los Anexos

Este jueves en la agenda de actividades de Óscar Puente, alcalde de Valladolid, y Alberto Bustos, concejal de deportes, aparecía una cita ordinaria para ellos y que, sin embargo, podría tener relevancia en clave de fútbol, toda vez que el otro interlocutor era Carlos Suárez, presidente y propietario del Real Valladolid.
La hoja de ruta del máximo mandatario blanquivioleta en su reunión con el Ayuntamiento estaba bien clara y definida, con dos puntos a debatir. Por un lado, una cantidad de dinero prometida por el anterior equipo de gobierno y que la entidad entiende que debe recibir. Por otro, la necesidad de mejora de las instalaciones tanto del Nuevo José Zorrilla como de los Campos Anexos, ambos recintos de titularidad pública, aunque la explotación corra a cargo del club. El primero de los puntos es en el que a día de hoy puede haber mayor fricción. En el segundo, el entendimiento es mayor. O por lo menos eso se deduce de las explicaciones del concejal de deportes, que atendió a Blanquivioletas una vez finalizada la reunión.
El edil fijó el dinero que reclama el Real Valladolid en “algo más del 450.000 euros, correspondientes a un ejercicio del convenio que el ayuntamiento no pagó al encontrarse el club en concurso de acreedores, junto a otras pequeñas cantidades”. Sin embargo, el equipo de gobierno entiende que no tiene la obligación de acometer dicho pago, puesto que ha “consultado” al técnico municipal “y dice que no hay ningún compromiso adquirido, firmado y comprometido legalmente” y que, por lo tanto, no pueden acometerlo, explicó Bustos.
El concejal rechaza cualquier tipo de “subterfugio o de puerta de atrás”, aunque dice que comprende la reivindicación de la entidad que mora en la Avenida Mundial 82. “Desde Intervención Municipal se nos dice que no hay ningún papel que diga que debemos hacer frente a ese pago. Si tuviéramos autorización de los servicios técnicos diciendo que está comprometido, se haría, mientras tanto, no se hará, puesto que es dinero de todos”, explica tajante.
En lo tocante al estadio y las instalaciones anexas, Carlos Suárez expuso una serie de necesidades a estudiar próximamente entre el consistorio y el club. “Hemos visto diferentes posibilidades de que el ayuntamiento pueda mejorar instalaciones que son propias y que en la medida en que no se han acometido mejoras en bastantes años tienen un déficit de mantenimiento importante que año tras año genera que la intervención vaya a ser más costosa”, ponderó Bustos, preocupado.
Así, en las próximas fechas representantes de las concejalías de urbanismo y de deportes, así como personal del Real Valladolid, procederán a la inspección de todas las instalaciones para ver “qué hay que hacer a corto medio y largo plazo”. El foco en el estadio estará puesto “fundamentalmente” en la seguridad, mientras que en los Campos Anexos se hará también “mucho hincapié”.
En este segundo apartado, la línea de actuación no distará de la intención de seguir acometiendo mejoras en la ciudad. “Hemos hablado de un posible cambio de césped, pero hay que ver en qué plazo tenemos que intervenir en otras instalaciones que, como esta, son de titularidad municipal. La idea es ir cambiando todos los campos de la ciudad, pero debemos fijar prioridades”, considera.
En este sentido, Alberto Bustos descarta que el Real Valladolid vaya a tener prioridad por el hecho de ser quien es. De hecho, “no la ha tenido”, ya que “otros tres campos han ido por delante”. Se trata de los campos de La Rondilla, La Victoria y Canterac, los siguientes a mejorar, tras las obras que han tenido lugar en Los Cerros, en el barrio de Girón, y en el Parque de Canterac.
El tratamiento que recibirá la entidad blanquivioleta será el mismo que cualquier otro de base, en tanto en cuanto sus categorías inferiores lo son. Se estudiará esa mejora y, además del deterioro que arrastren las instalaciones, se estudiará que se siga distribución geográfica. equitativa. “Estamos obligados a mantener todos los campos por el cuidado de nuestros niños. Tenga la gestión el Juventud Rondilla, el CD Arces o el Real Valladolid, no queremos comprometer la salud de la cantera de nuestra ciudad”, concluyó el concejal de deportes.
