El Real Valladolid se impone por dos goles a cero al Colegios Diocesanos y se reafirma en la tercera plaza de la clasificación

El Real Valladolid sigue aupado a las posiciones altas de la División de Honor Juvenil tras ganar en casa al Colegios Diocesanos. Después de una primera parte descafeinada, aunque de dominio absoluto por parte de los blanquivioletas, estos consiguieron derribar en el segundo periodo la muralla abulense y siguen contando sus partidos en casa por victorias (ya cinco).
Después de unos primeros minutos presión visitante, en torno al cuarto de hora, estos dieron un paso atrás y pasaron a replegarse de una manera cada vez más intensa, dibujando un 1-4-1-4-1 muy ordenado y que no dejaba espacios para que el toque eterno del Pucela se produjera en zonas de peligro.
El pivote defensivo abulense lo mismo saltaba a por Cisneros, mediapunta, que se metía entre centrales cuando la línea de delante se metía un poco más atrás. Los de Paco de la Fuente se sintieron el Barça ante el típico rival que se cuelga del larguero; la tocaron con calma. Claro, que no por ser aconsejable esa calma era del todo buena, ya que si bien gracias a las precauciones tomadas a la hora de asegurar el pase Javi fue un mero espectador, delante no hubo sorpresas en forma de ocasión clara.
Un centro pasado de Apa acabó en las botas de Pablito, pero estaba demasiado escorado y no pudo concretar en el disparo. El propio Pablito volvería a intentarlo más tarde, pero David González taponó el tiro. Y Alberto, el cancerbero visitante, frenó un disparo de Bruno. Con todo, la oportunidad más clara previa al descanso fue una vaselina de Juan por encima del meta que se marchó alta.
Aunque Sinisterra venía de jugar en Ferrol con el Promesas, no fue impedimento para que entrara en la convocatoria de De la Fuente. Y como hacía falta un plus de velocidad, ‘El Rayo’ entró y lo puso. Inteligente, el Real Valladolid dio un paso atrás en la presión para que el rival saliera más cómodo y así poder atacar espacios desde más atrás, buscando que la rapidez del colombiano fuera determinante con metros por delante.
Pronto las amenazas fueron mayores y empezó a llegar alguna que otra intentona con cierta claridad, como un remate ligeramente desviado de Miguel tras un bonito centro de Nieto a la hora de encuentro. A continuación, sería Apa desde el otro lado quien probaría suerte con un centro-chut. En definitiva, la sensación era otra hasta que llegó el uno a cero, obra de Miguel, que, esta vez sí, aprovechó un servicio desde la izquierda de Nieto.
El tanto favoreció que el Colegios Diocesanos se abriera un poco y que los espacios aparecieran. Con la reaparición de Mito, que volvía tras varias semanas en el dique seco, más las incorporaciones de Abel y la hiperactividad de Sinisterra, el Real Valladolid pudo hacer el dos a cero antes de que lo hiciera ‘El Rayo’ cafetero, que culminó en gol una jugada marca de la casa: recuperación del equipo en tres cuartos, vertiginosa carrera y buena definición.
A los visitantes no les quedaba casi tiempo ni tampoco tenían fútbol como para intentarlo, como ya se había visto. Y decirlo no es faltar: fueron un equipo muy bien plantado, que supo jugar a lo que venía a jugar, pero que se topó con un rival paciente y con más calidad, y que además cuenta en los metros finales con futbolistas determinantes en la categoría.
Gracias a esta victoria, el Real Valladolid mantiene la tercera posición, empatado a veinte puntos con el Rayo Vallecano, rival contra el cual se enfrentará el próximo fin de semana en la Ciudad Deportiva del conjunto franjirrojo.
Real Valladolid: Javi; Apa, Luis Prados, Tena, Nieto; Bruno, Rivera (Abel, min. 55); Juan (Mito, min. 75), Cisneros (Maxi, min. 86), Pablito (Sinisterra, min. 46); y Miguel.
Colegios Diocesanos: Alberto; Diego (Rodri, min. 84), Oli, David González, David; Diego Pérez; Mayorga, Raúl (Min, min. 76), Pablo Negro (Sergio, min. 63), Guille (Dani, min. 84); y Fer Albín.
Goles: 1-0, min. 66: Miguel. 2-0, min. 83: Sinisterra.
Árbitro: David Rivera García, asistido por Javier Gutiérrez Garrote y Adrián Poncela Gómez. Amonestó a los visitantes Raúl y Diego.