Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Érase una vez un equipo que, tras una mala racha, comenzó a levantarse y a escalar puestos en la tabla de la Segunda División española. Érase un equipo que, poco a poco con buena voluntad y buen juego, empezó a creerse de verdad que el ascenso era posible. Érase un equipo que, por desgracia, no supo transformar el dominio de los dos últimos partidos en victorias.
Una lástima, sin duda, que el Real Valladolid no haya sido capaz de refrendar ante Córdoba y Zaragoza lo que se había transformado en una tendencia positiva en forma de triunfos. Dos empates que al menos sí dejan el buen sabor de boca de ver que las cosas marchan, al menos en cuanto a estilo, con la consciencia de que al final esto debería traducirse en puntos. ¿Quizá volviendo a casa? Este sábado el próximo rival, el Sevilla Atlético, tendrá algo que decir al respecto.
De menos a más
Y tiene algo que decir porque el filial sevillista llega al choque como un auténtico cohete que ya se pasea por la categoría. Después de un comienzo dubitativo que desembocó en que los andaluces no consiguieran la primera victoria hasta la quinta jornada, lo cierto es que ahora los entrenados por Diego Martínez suman seis jornadas sin hincar la rodilla, con cuatro triunfos seguidos. Poca broma.
Atrás quedaron esos momentos de duda, esos en los que un conjunto recién ascendido se convierte automáticamente en un candidato a caer de nuevo al pozo. Los sevillanos se encuentran nada más y nada menos que en la segunda casilla de la tabla, en un ascenso directo que en realidad no pueden ocupar para llegar a la Liga de las estrellas. Un merito, en todo caso, que bien podría verse recompensado con futuras promociones al primer equipo del Sevilla, quién sabe.
Pero volviendo a la clasificación, el Sevilla Atlético cuenta ya con veinte puntos en su poder en doce jornadas, cosechados con cinco victorias, mismo número de empates y dos derrotas. Un puesto de privilegio que se hace más fácil de entender si se fija uno en las cuatro victorias del filial andaluz. A saber, ante Elche (2-0), Numancia (1-2), Córdoba (0-1) y Zaragoza (2-1), hace ya cuatro jornadas.
Parece evidente que pese a que la adaptación a la categoría costarse levemente al principio, un hecho comprensible, el Sevilla Atlético está dispuesto a dar la campanada y, por qué no, quedar lo más arriba posible. Un equipo bien conjuntado, coordinado y, por supuesto, descaradamente joven tiene mimbres para ello.
Gusto y dominio

Y es que parece que por fin las intentonas de Diego Martínez para que su equipo desarrolle un juego de dominio y presión parecen estar surtiendo efecto. En el debut del entrenador en Segunda División, este ha decidido apostar por el sistema que tan bien le funcionó la temporada pasada en el ascenso del equipo desde la categoría de bronce. Así, el Sevilla Atlético se está mostrando como un conjunto sólido, fuerte, que apenas deja respirar a su rival en los noventa minutos.
Precisamente la última referencia, en la visita del Elche, es la perfecta muestra de lo que puede demostrar el filial. Manejo de la pelota y verticalidad para buscar de manera rápida y efectiva la portería contraria -van dieciséis goles a favor por once en contra en estas doce jornadas-, casi siempre canalizando el juego a través de Borja Lasso en el centro del campo.
¿Resultado? Cuando se conecta adecuadamente con los de arriba, véase Ivi López o José Carrillo, demoledor. El primero tiene ya en su revólver cuatro muescas que le avalan como el killer del equipo, mientras que Carrillo, con dos, y el propio Lasso, con tres, son sus fieles escuderos sobre el terreno de juego. Jugadores a quienes tendrá que atar el Pucela en corto este sábado.
Curiosidad del rival de esta jornada: Hay jugadores llamados a hacer historia en el fútbol. A veces un portero deteniendo un lanzamiento, un delantero transformando un gol trascendental… Pero el Sevilla Atlético vivió una llamativa situación este verano en su ascenso. Tras una tanda de penaltis agónica ante el Lleida para decidir quién llegaría a la categoría de plata, tuvo que ser el portero Caro quien hizo realidad el sueño al transformar el lanzamiento definitivo. Cosas del fútbol.