El entrenador del Promesas y el del Izarra, que se enfrentan el próximo domingo en Los Anexos, forjaron la temporada pasada una gran amistad dentro de la estructura del Real Valladolid

El encuentro de próximo domingo en Los Anexos será para muchos especial. El rival del Real Valladolid Promesas será el Izarra, actual equipo del que fuera entrenador del filial, Borja Jiménez. El abulense, que por entonces se encontraba dirigiendo al Cadete Regional blanquivioleta, relevó a Rubén Albés cuando ascendió al cuerpo técnico del primer plantel y consiguió la salvación de forma cómoda y dejando muy buenas sensaciones. Aunque no solo eso. Además, dejó una importante impronta en la estructura del club, algo que también se llevó él.
#HacemosCantera reunió a los dos entrenadores este lunes, que desde su estancia compartida en Valladolid mantienen una gran amistad. Debido a ese encuentro, el domingo, hasta que el colegiado pite el final serán rivales. ‘Enemigos íntimos’, que diría aquel. «Esta semana somos enemigos. No sé si Rubén querrá contarme algún secreto, pero yo le voy a facilitar muy poco las cosas», comentaba Jiménez en tono jocoso.
No hay que olvidar que, aunque finalmente el Promesas se salvó con comodidad la pasada campaña, también hubo malos momentos. Y, cuando sucedieron, Albés siempre estuvo dispuesto a ayudar: «Fue muy importante, porque él lo inició y ayudó en todo lo que le pedimos. Podría contar mil anécdotas de cuando peor estábamos; la primera llamada y el primer café siempre eran de Rubén. Se lo he dicho esta tarde, es como mi padre futbolístico«.
Para el gallego no fue fácil ayudarle, porque se encontraba en una dinámica complicada en el primer plantel y porque «a veces», cuando uno intenta ayudar al prójimo, dificulta las cosas el hecho de que «cada uno tiene su manera de hacerlas». Ahí estuvo, empero, «respetando su trabajo siempre», y llevando buscando conjuntamente otro plano más personal. «Relacionarse fuera de lo futbolístico es algo positivo», dijo Albés.
El actual entrenador del filial reconoció que hablan, «sino todos los días, casi todos», algo que considera «probablemente poco frecuente entre compañeros de profesión» y que, a su modo de ver, «demuestra que hay un vínculo emocional entre gente que se valora y que se respeta». «Más allá de la relación de amistad, creo que los buenos profesionales deben estar en banquillos lo más arriba posible, así que estoy contento y feliz por él», añadió.
Jiménez no se quiso poner «muy meloso», porque le quiere ganar este fin de semana, aunque sí incidió la importancia que Albés tiene para él. Incluso cuando, debido a las preferencias de la dirección deportiva, él salió. «Ya lo dije cuando me marché, creo que el Promesas se quedaba en las mejores manos, y lo está demostrando. El nivel que tienen ahora mismo nadie se lo esperaba. No es normal para un filial cómo lo están haciendo», cree el míster del Izarra.
Llegado el momento, el Real Valladolid quería seguir contando con él en la estructura, pero dado que se le presentó la oportunidad de dirigir en Segunda B fuera, tomó la decisión de marcharse. «Estoy muy agradecido por todo lo que supuso el pasado año. Me siento muy identificado con todo lo que ocurre allí y estoy muy agradecido a toda la gente que confió en mí desde el principio y cuando las cosas no iban bien. A partir del domingo a las dos les deseo lo mejor», confirmó.
José y Renzo, dos jugadores que crecieron con ellos

No todo fueron halagos mutuos durante los minutos compartidos de radio. Como fútbol es fútbol, que diría Vujadin Boskov, durante la charla entre Albés y Jiménez salieron otros nombres, como los de Renzo Zambrano y José.
El centrocampista vinotinto no estará disponible el domingo debido a la citación con la selección absoluta de Venezuela. Para su actual entrenador, que se define «muy feliz» ante esta buena noticia, «la convocatoria de su selección es un reconocimiento a todo el trabajo del club». Después del periodo de aclimatación que necesita cualquier futbolista, «no solo en cuanto a fútbol, sino también a la ciudad y a los compañeros, ya se siente «integrado en el grupo y parte importante».
Para quien le dirigió durante la pasada temporada, ya entonces «terminó sintiéndose cómodo y aportando mucho al equipo». «Este año le he visto en directo y en vídeo y, con la ayuda de Rubén, ha seguido creciendo», considera Borja Jiménez, que apeló a ese mismo proceso de adaptación para hablar de sus comienzos. «La adaptación de los jugadores que se van lejos de casa es más complicada, y más si vienen de otro fútbol completamente diferente y pausado», expuso.
Asimismo, valoraron también la evolución y aportación de José, quien para Rubén Albés «merece muchas cosas». «Cuando hablamos de resiliencia y de ser capaz de superar situaciones complicadas, hablamos de él. En su primera temporada en el filial no tuvo muchos minutos y entre todos ayudamos a que creyera en sí mismo, que lo necesitaba después de un año sin jugar, primero yo dándole ese nivel de confianza y autoestima que necesitaba y Borja sacándole ese rendimiento muy alto y que le ha ayudado a estar en el primer equipo y demostrando cuánto nivel tiene», ponderó el gallego.
Para el abulense, «fue muy muy importante en momentos clave y siempre fue de los que más aportó». Para Jiménez, «Rubén es su padre futbolístico, porque le sacó de un momento muy complicado». «Él siempre comenta que se planteó incluso dejarlo, que no se sentía cómodo. A raíz del cambio de opinión hemos podido disfrutar de él y el primer equipo lo venía haciendo hasta la lesión. Que se recupere, que seguro que pronto nos vuelve a dar alegrías, que se lo merece», concluyó, incluyéndose él en ese plural, como lo que es: un blanquivioleta más.
Escucha la entrevista completa haciendo clic debajo (a partir del 18:35):