Carlos Suárez reconoce que es uno de los temas a tratar con el Ayuntamiento de Valladolid, pero cuenta que a día de hoy no es posible acometer la reforma por algo que se escapa a sus deseos
El Real Valladolid tiene su propia historia interminable con los Campos Anexos al Estadio José Zorrilla. Una y otra vez, por lo menos desde que el Promesas ascendió hace varios años a la Segunda División B, pero probablemente antes, los responsables de la entidad que mora en la Avenida Mundial 82 hablan de su reforma. Y una y otra vez, desde ese mismo ascenso del filial a la categoría de bronce, o desde antes incluso, viene sucediendo que las palabras se las lleva el viento, con la consiguiente sensación de dejadez.
Carlos Suárez, máximo mandatario y propietario de la entidad blanquivioleta, compareció este martes junto a Braulio Vázquez con motivo de la renovación de la dirección deportiva que encabeza el gallego. En pleno alegato de defensa de esta decisión y del nuevo proyecto emprendido el pasado verano, fue preguntado por la situación de las instalaciones y sobre la posibilidad de una tan hipotética como necesaria reforma. Y, tras reconocer que “se va avanzando” en el acuerdo que desenquiste las relaciones con el Ayuntamiento de la ciudad, mostró la mayor de las cautelas.
Como informó recientemente y en primer lugar este medio, el Real Valladolid reclama al Consistorio una cantidad de dinero en concepto de subvención ‘aplazada’ que este no está dispuesto a abonar al entender que no tiene dicha obligación. “Con la buena voluntad de todas las partes el acuerdo llegará”, espetó Suárez, esperanzado, sin querer dar más detalles porque no le parecía el momento.
Con respecto al otro tema antes expuesto, dejó claro que desea cambiar el césped, pero entiende que a día de hoy la renovación no es posible debido a la propiedad de un tercero de un pedazo del terreno sobre el que se juega. “Hay un cacho de terreno que es de unos señores que demandaron a Ayuntamiento y la justicia dijo que es de ellos. Estamos jugando gracias a que no quieren ejecutar la sentencia; son gente de Valladolid que tiene cariño al club y no tiene interés en hacer daño, pero meterme en esa inversión sin estar solucionado creo que no toca“, aseveró.
El presidente remarcó que es así “desafortunadamente”, porque “el dinero está ahí” y las empresas saben qué quiere la entidad, pero “mientras no esté arreglado” no se quiere arriesgar. “La nueva corporación está en ello. Llevamos tres años jugando gracias a que unos señores de Valladolid no quieren perjudicar al club aunque quieran arreglarlo. Toca espera. Pero al día siguiente que esté arreglado, empezaremos la reforma”, agregó.
Cabe recordar que en repetidas ocasiones se ha hablado de esta posibilidad, como ya se ha dicho antes, llegando a hablarse de que el arreglo de estas instalaciones correría a cargo de la Diputación, primero, posteriormente del dinero del patrocinio de Mahou y más recientemente del que aporta el Grupo Recoletas, ‘pelea’ con el Ayuntamiento al margen (que también viene motivada por eso, subvención al margen).
