El conjunto rojiblanco continúa con su caída libre y cosecha una nueva derrota en Madrid, ante el Pozuelo de Alarcón

El San Pío continúa con su caída libre y cosechó una nueva derrota, esta vez contra el Pozuelo de Alarcón, que se impuso por dos goles a cero a las vallisoletanas. Mermadas por los problemas físicos las vallisoletanas salieron sin Nere, Nerea Fidalgo y Moni, tres habituales titulares, lo que no les impidió dominar el balón durante la primera mitad.
Las madrileñas plantearon un partido físico, de lucha en el cuerpo a cuerpo, intentando aprovechar su superioridad en este campo. Buscaron balones largos y aprovechar los despistes del rival, como aquel que permitió a Francisca hacer el uno a cero, en una mala cesión sobre la portera, en el minuto veinticinco.
Este tanto no descompuso a las de Martín Olmedo, que siguieron con su plan si bien tuvieron el balón no generaron muchas oportunidades, si acaso, un disparo de Raquel en una falta lateral que no se pudo convertir en la igualada.
En la segunda parte, el San Pío X buscó con ahínco el empate, hasta el punto de introducir a las mermadas Moni y Nerea Fidalgo. Pero cuando más achuchaban las rojiblancas, Francesca culminó su doblete desde el punto de penalti. Esta pena máxima, cometida por Peke, fue muy discutida por el banquillo visitante, que terminó muy enfadado con la actuación del trencilla. En este caso, discutió que la delantera y su defensora se tropezaron, y que no hubo infracción.
Además de esta acción, anteriormente las del barrio de Girón vieron cómo le era anulado un precioso gol de vaselina a Moni, por presunta posición antirreglamentaria. Con todo, la impotencia y la frustración llevaron a que después de ese dos a cero y ante estas decisiones el equipo se viniera un poco abajo y fuera perdiendo fuelle con el paso de los minutos, a pesar de que desde el banquillo se siguió intentando cambiando el dibujo, por ejemplo, o introduciendo a Nere en el tramo final a la desesperada.
Martín Olmedo, entrenador del San Pío, fue el signo de la impotencia al final del partido, cuando explicó a este portal que no está «acostumbrado a ver estas cosas» y a que los arbitrajes «tan injustos» con sus chicas. «Tenía muy claro que no nos iban a dejar sacar nada», lamentó, además de resaltar las «injusticias» citadas, que dieron al traste con el cambio de imagen de su equipo.
Porque, en su opinión, volvió a mejorar y «se vio otra vez un cambio en la actitud, que ha sido buena», hasta el punto de que destaca como positivo una vez más que «de seguir así» podrán sacar en adelante «resultados más positivos», algo que ya es una obligación, toda vez que su equipo es otra vez colista, con siete puntos, y se queda a cuatro de la salvación. A la vuelta del parón, las rojiblancas disputarán el primer derbi vallisoletano de la historia en la categoría ante el CD Parquesol.