El lateral izquierdo argentino ha cobrado protagonismo en este último mes tras un gran comienzo de temporada en el Real Valladolid

El argentino ‘Lucho’ Balbi ha sido capaz de ganarse en este primer tramo de la competición liguera el respeto de la afición al tiempo que se ha hecho dueño de la banda izquierda, relegando a Ángel a un segundo plano gracias a sus buenas actuaciones. Pasada la Copa, lo normal es que se le vuelva a ver correr sin aliento por su costado como acostumbra, hasta el punto de que hace dudar de si el apelativo es de Luciano o si es la primera persona del presente del verbo luchar.
Nacido en Rosario en de abril de 1989, inició su andadura en la cantera de Rosario Central, donde jugó varias temporadas. En la campaña 2010/11 inició la temporada en el Lanús, equipo argentino donde militó hasta 2013, jugando un total de setenta partidos con la elástica granate. Continuó su carrera profesional en Ecuador en el Liga de Quito, en la temporada 2013/14 y donde disputó un total de diez partidos.
Después de realizar una gran campaña en Ecuador, puso rumbo otra vez a su patria para recalar en el Huracán, equipo en el que jugó 38 partidos, una temporada entera antes de llegar a Valladolid, donde ha jugado todo. Tiene en su palmarés dos títulos: en la temporada 2013, con el Lanús, ganó una Copa Sudamericana y, un año después, en Huracán, se alzó con la Supercopa Argentina.
Pero volvamos a la ciudad santafesina en la que nació. Allí, durante los años veinte, la comisión de damas del Hospital Carrasco decidió organizar un partido de fútbol entre Rosario Central y Newell’s a beneficio de los enfermos del Mal de Hansen, que por aquel entonces era la lepra. Newell’s aceptó de inmediato la propuesta, por lo que a partir de ahí sus hinchas fueron bautizados como «los leprosos». Pero Rosario Central rechazó el desafío, lo que motivó que fueran recordados como los «canallas».
Volviendo a nuestros días, uno de los lemas ‘leprosos’ es el de ‘Huevo, garra y corazón’ y, a pesar de ser ‘canalla’ de formación, en estos meses ha demostrado que no hay frase que más identifique a Balbi que la citada. Aunque es un lateral que necesita jugar arropado, y a veces no encuentra las ayudas necesarias para cortar el juego rival, nunca se amilana, siempre «pone huevo».
Pero como recordó el astro del basket Manu Ginobili durante los Juegos Olímpicos, «pensamos que todo se gana con huevos y no, se gana jugando bien». Agregó el escolta, ‘pecheando’ no alcanza, hay que jugar bien, y su compatriota lo sabe. Por eso, cuando el centro del campo del Real Valladolid se encuentra saturado, él ofrece una alternativa subiendo para apoyar al juego ofensivo.
Canchero, no se deja amedrentar por ninguna situación, ni delante ni atrás. Por eso, pese a las dudas iniciales, y a que Ángel le ganó terreno en la pretemporada, se ha resuelto como un jugador totalmente válido para el Real Valladolid, indispensable para Paco Herrera y sorprendente para una afición que cada día más se pregunta si lo de ‘Lucho’ viene de Luciano o del verbo luchar.