Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Año Nuevo, vida nueva. Al Real Valladolid no le queda otra que comenzar el 2017 con un buen sabor de boca después de la última derrota en Getafe, y es que varias semanas después a los blanquivioletas solo les vale un triunfo para no desengancharse de la zona noble de la tabla. El sistema es sencillo. Complicarse lo menos posible ante el Reus y ante la afición de Zorrilla, amarrar rápido los tres puntos y a seguir puntuando.
Parece fácil, pero no lo es. El Pucela ya ha pedido de regalo de Reyes comenzar el año de la mejor manera posible, y eso no solo pasa por los tres mencionados puntos, sino por convencer con un juego bonito para la vista. Por si fuera poco el Reus, pese a llegar con la vitola de recién ascendido, tiene una poderosa arma que pondrá en jaque a los locales.
Visitante peleón
¿Y cuál es esa poderosa arma? Resulta que los de Natxo González, pese a su calidad de equipo que logró encaramarse a la categoría de plata a base de tesón y lucha hace tan solo unos meses, se trata del mejor visitante de toda Segunda División. ¿Cómo, un recién ascendido? ¿El conjunto que más puntos lleva fuera de casa? Si bien es cierto que es un honor que comparte con el líder, el Levante, catorce puntos de veintisiete posibles en nueve partidos como foráneo mediante, lo cierto es que ahí está.
Y es que no lo están haciendo mal los catalanes en su primera incursión en la categoría de plata. Séptimos en la tabla con un total de veintisiete puntos -sí, curiosamente suman más como visitante que como local-, se sitúan dos puntos y seis puestos por encima de un Pucela que aspira a acercarse al play off a toda costa.
La metodología de los que serán visitantes este viernes es sencilla, tanto que casi sorprende. Trabajo, trabajo y trabajo. Y sí, mucha y muy buena compenetración en una plantilla que prima la humildad y el buen hacer, como suele ocurrir en los conjuntos que acaban de ascender. Sobre la pizarra el Reus practica un 4-4-2 que busca la rápida presión cuando se pierde el balón, detalle que no podría conseguirse sin un sacrificio grupal impresionante.
Muy pocos seguidores de Segunda División conocerán el meteórico ascenso de los catalanes el año pasado, tras dejar en la cuneta a un experto en esto del fútbol profesional como es el Racing de Santander en la fase de ascenso. Una muestra de trabajo bien hecho, buena administración desde la directiva e insistencia, pues Natxo González tuvo que esperar al segundo envite para conseguir la gesta con sus jugadores.
Hombres y no nombres

Sobra decir que si de algo no puede presumir el Reus es de economía rimbombante. Precisamente por esto se optó en verano por mantener el bloque de un vestuario, con alguna lógica incorporación, que funcionó a las mil maravillas la temporada pasada, y que por el momento parece estar dando también el do de pecho. Diecisiete goles a favor y quince en contra en estas diecinueve jornadas vienen a dejar claro que el Reus convierte sus goles en petróleo, y que defiende como el que más.
Esto viene propiciado precisamente por el sistema de juego antes comentado. Fran Carbiá, la estrella joven del equipo y pichichi con seis goles, un veterano como Máyor, ex del Alcorcón, o Jorge Miramón son los primeros que se dejan el alma sobre el césped a la hora de correr, con el objetivo de replegarse ordenadamente cuando se pierde el balón y de entrar por bandas cuando se ataca.
Pero hay más, claro. López Garai, Ramón Folch, el uruguayo Jorge Díaz o Pichu Atienza, nombres que es posible que no se hayan hecho escuchar demasiado por ahora en este mundo del fútbol, pero que han sabido adaptarse bien a la categoría de plata con esfuerzo colectivo y ganas de dar alegrías a su afición. Está claro que los de Paco Herrera no deben esperar ningún regalo en esta jornada de Reyes.
Curiosidad del rival de esta jornada: Poca, muy poca experiencia tiene el Reus en Segunda División. Y es que si esta temporada es su primera aventura en la categoría, hace tan solo seis años y medio, en junio de 2010, los catalanes conseguían el ascenso a Segunda B. Todo un hito haber conseguido escalar tanto en tan poco tiempo.