Zorrilla registró la peor entrada de la temporada –y en mucho tiempo– con 4.571 asistentes, pese a que el club lanzó distintas promociones para poblar la grada
Foto: Real Valladolid
Desde el mismo momento en el que se anunció el horario del Real Valladolid – Reus la afición blanquivioleta se revolucionó. Cómo podía ser posible que se pusiera un partido de fútbol el Día de Reyes a las cuatro de la tarde, se preguntaron muchos.
El propio club puso una queja formal a la LFP para intentar, al menos, retrasar la hora de inicio, pero nada consiguió. Debe ser que en China están expectantes por ver los goles de Mata o las paradas de Edgar Badía.
Ya, con más resignación que otra cosa, el club lanzó una triple promoción para que los aficionados tuvieran un aliciente para asistir a Zorrilla y, en los últimos días, se desató la polémica en Twitter, termómetro de las emociones hoy en día.
Dos bandos más enfrentados que los defensores del Nesquick y del Colacao. Uno defendía que el Pucela está por encima de todo y, el otro, que es un día para estar en familia y que hay que decir basta a los horarios infames a los que someten a este equipo.
Finalmente, se cumplió lo que se esperaba. Poco tráfico, autobuses en los que se podía respirar, pocas colas en la barra del bar y en los aseos… Todo eso era la antesala a ver una grada despoblada en la que se podía observar perfectamente el color de cada asiento. Tan solo 4.571 valientes decidieron acompañar al equipo en un día tan especial para como la tarde de Reyes, que en España se celebra como Navidad o Año Nuevo, en familia o con amigos.
Se sabía de antemano que la cifra rondaría los cinco mil asistentes como mucho, aunque bien es cierto que hay números que no salen. Aunque Tribuna de Valladolid comunicó –citando fuentes del club– que habían despachado cerca de dos mil entradas promocionadas entre gratuitas para menores de diecisiete años, a cinco euros para que los abonados fuesen acompañados de quien considerasen oportuno y a diez euros para el público en general, de ser así, tan solo habrían ido al estadio otros dos mil socios, es decir, ni un 20% del total de abonados, hecho que desmitió a este portal Jorge Santiago, director general de la entidad, al concluir el encuentro.
Ante el Reus, Zorrilla registró la peor entrada de la temporada y, seguramente, la peor en muchos años. Para muestra, un botón. La campaña pasada, con la salvación matemática en el bolsillo y después de haber tenido tres entrenadores, los jugadores más cuestionados en mucho tiempo y un cabreo generalizado, el choque ante el Mallorca tuvo más público (5.930 espectadores).
Melchor, Gaspar y Baltasar no quisieron perderse la cita
Poco extraña ver a gente disfrazada en el fútbol últimamente. En fechas señaladas, son muchos los que tiran de imaginación y no tienen ningún reparo en ir al estadio enfundados en disfraces sea de lo que sea. Y habiendo un choque la tarde del seis de enero, era evidente que los Magos de Oriente iban a hacer acto de presencia en Zorrilla.
Melchor, Gaspar y Baltasar aparecieron en la grada para sorpresa de los pequeños, que dejaron un rato sus juguetes para ver a sus ídolos, y los Reyes se llevaron más flashes que muchos que estaban sobre el césped. Aunque, como decidieron ponerse más cómodos un ratito después, provocaron el enfado de más de un espectador, que se indignó porque consideraban que estaban rompiendo ‘la magia’ tocándose sus ropajes y coronas reales cerca de los niños. Al fin y al cabo, lo importante es que hicieron su trabajo y dejaron tres puntos en la casa blanquivioleta.