Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Sigue así, Pucela, sigue así. No hay dos sin tres. A la tercera va la vencida. Llámenlo como quieran, expresen su sentir como les pida el cuerpo. Pero sea como sea, que el Real Valladolid consiga encadenar su tercera victoria consecutiva. Se trata de una cuestión de fe, de esperanza. El tercer eslabón de la cadena permitiría a los de Paco Herrera creérselo de una vez por todas para asaltar, por fin, la zona alta de la tabla.
Sobra decir que no será fácil. Un Real Oviedo bien armado en casa no pondrá las cosas fáciles, por mucho que los blanquivioletas lleguen lanzados al envite. Es hora de demostrar que sí hay madera de campeón, que hay argumentos para estar entre los más grandes del fútbol español. Y el camino a la gloria pasa por el Tartiere.
Irregular rival
Efectivamente, el conjunto asturiano llega al choque en una situación algo irregular en cuanto a resultados, lo que hace que en cierto modo choquen sensaciones. Los de Fernando Hierro consiguieron imponerse al Elche (2-1) hace solo hace unos días, pero después de una racha negativa de otros tres partidos con derrota, toca confirmar sensaciones ante los pucelanos.
Y como resultado, los ovetenses se encuentran en una situación intermedia en la clasificación, véase en una discreta décima posición con veintinueve puntos… pero solo a dos del play off. Es lo que tiene una Liga tan comprimida. Y que no se despiste el Real Valladolid, que una victoria local este sábado supondría que el Oviedo se pondría por delante en un santiamén.
La cuestión es que tras tantos vaivenes los carbayones quieren volver a engancharse a la zona alta, o lo que es lo mismo, no perder comba con los de arriba. Desde comienzo de temporada, y toda vez que el club ya se considera asentado en Segunda División tras un buen campeonato en la 2015/2016 que le permitió concluir en una decorosa novena posición, el objetivo ha sido mirar a cotas altas. Pero claro, para ello hace falta ser regular.
¿Puede encontrarlo Hierro con el 4-4-2 que jugó ante el Elche el pasado fin de semana? Desde luego ocasiones, velocidad y desborde pudo verse en muchas fases del encuentro, algo bueno para un Oviedo que sí que exprime bien sus partidos en casa en cuanto a puntos -veintiuno de treinta y tres posibles- pero que debe mejorar su balance general de veinticuatro goles a favor por veintiséis en contra.
Puntos a mejorar

Y es que esa es precisamente la lacra de un Real Oviedo al que le cuesta echar el cerrojo. Cuando los carbayones se ponen a jugar y a crear, lo hacen a las mil maravillas. Valga como ejemplo la victoria ante un casi intocable Levante (2-0) a mediados del mes de noviembre, pero cuando se empeñan en tropezar aparecen resultados como un 5-3 en casa del Sevilla Atlético, un 5-1 frente al Alcorcón o un 4-0 a domicilio ante el Huesca. Para frotarse los ojos.
Pero pasando a los nombres, ¿qué tiene este Oviedo entre sus filas que debiera temer el Valladolid? Toché, con ocho goles en el campeonato doméstico, Jonathan Pereira, Michu o Miguel Linares, otro viejo rockero que suma seis dianas, ya los querrían equipos de Primera.
El Oviedo ha buscado esta temporada dar unos cuantos retoques a su plantilla con la única meta de quedar al menos entre los seis primeros, algo asequible si el equipo consigue la nombrada regularidad en esta segunda fase de campeonato. Precisamente el Pucela es una piedra de toque para volver a enganchar a una afición con dudas, pero que no dejará de animar este sábado ni un solo minuto al equipo de sus amores.
Curiosidad del rival de esta jornada: El Carlos Tartiere puede considerarse sin duda uno de los estadios más míticos del fútbol español, pero no todo el mundo sabe a quién debe su nombre. Se trata del primer presidente del club astur y, a la vez, el más emblemático de toda su historia.