El técnico del Real Valladolid ha utilizado a todos los futbolistas que ha tenido a su disposición y ha sido capaz de ver sus propios errores y recapacitar

La consigna por parte de Paco Herrera en verano fue clara: quiero muchos jugadores interiores. La dirección deportiva del Real Valladolid se puso manos a la obra y trajo hasta cuatro futbolistas para ocupar esos puestos. También dejó claro que se necesitaba una defensa sólida y la renovación fue casi completa; solo quedaron Moyano (más Ángel, del filial). Arriba buscó gente trabajadora, que tuviese movilidad y, casi en última instancia con gol y por allí aparecieron los Mata, Iban Salvador y Raúl de Tomás.
Con un equipo construido de esta manera, la primera sorpresa llegó en la primera jornada, Renzo Zambrano titular. Paco Herrera le dio la ocasión al venezolano, que llevaba haciendo toda la pretemporada con el primer equipo, por delante de los recién llegados. También saltó al campo aquella noche José, quien dio la victoria al equipo.
El primero no tuvo continuidad, el segundo es el niño mimado del técnico, su gran apuesta. El favoritismo por el talaverano ha perjudicado a otros futbolistas como son el caso de Iban Salvador, Mata o incluso De Tomás. El ex del Valencia Mestalla empezó como titular, pero hace mucho que no se le ve por el verde, el club le busca una cesión de calidad. El caso de los otros dos delanteros es distinto, Mata fue apeado a jugar más pegado a la banda y De Tomás fue apeado aún más a la banda, al banquillo.
Sí, las mayores críticas que ha recibido el técnico nacido en Barcelona fue respecto a situar a Mata en banda. El madrileño es un jugador acostumbrado a jugar de delantero centro y si es acompañado por otro punta, mejor. Por eso, cuando jornada tras jornada Mata seguía apareciendo por la banda, al equipo se le empezó a secar el grifo y los goles llegaban a cuentagotas. Cambió de opinión y el equipo mejoró.
Otra de las señas de identidad de este pucela de Paco Herrera es su columna vertebral. Isaac Becerra, Javi Moyano, Balbi, André Leão, Álex López, Michel, José y cuatro más. Esos son los futbolistas más utilizados por el mister blanquivioleta. De estos siete, José y Álex López llevan un último mes en el que han entrado algo más en la rotación, mientras que Álex Pérez y Guitián se han hecho con el control del eje de la zaga en detrimento de Rafa y Lichnovsky.
Precisamente es la línea defensiva donde Paco Herrera ha tenido más quebraderos de cabeza. En un principio apostó por los anteriormente mencionados Rafa e Igor Lichnovsky, y el equipo compartía actuaciones defensivas muy buenas con errores garrafales que costaban muchos puntos.
La lesión del primero y la convocatoria con su selección del segundo abrieron la puerta a la pareja formada por Álex Pérez y Guitián y funcionó. No obstante, Herrera volvió a apostar intermitentemente por los dos primeros centrales intercalados con alguno de la actual pareja, pero aquello no terminaba de cuajar. Solución: mantener lo que funciona.
En resumen, Paco Herrera está apostando por la participación de gente del filial, un juego que prescinde de las bandas, un fútbol que intenta ser bonito, pero más aún práctico… y sobre todo, estamos ante un entrenador que, aunque a veces tarde, es capaz de ver sus errores y hacer de ellos un fuerte.