El Real Valladolid de Liga Nacional lleva más puntos fuera de casa que en Los Anexos y va camino de mejorar la puntuación de los dos últimos años
El Real Valladolid B de Liga Nacional se encuentra en un buen momento, no tanto de fútbol como de resultados. Ha ganado los tres últimos partidos y lleva cinco sin perder, desde que lo hiciera en casa contra la SD Ponferradina a principios de febrero. Es, precisamente ese, su principal lunar, sus encuentros como local. En cambio, es atípico como foráneo y camina en busca del récord de puntuación lejos de casa de las últimas temporadas.
El conjunto de Jonathan Prado es actualmente cuarto en la clasificación, con 44 puntos, de los cuales 19 han sido sumados en Los Anexos y 25 a domicilio, una cifra que le convierte en el tercero mejor en este apartado, solamente por detrás de la Gimnástica Segoviana (28) y de la UD Santa Marta, su rival de este domingo, y que lleva uno más. Aunque, eso sí, lleva más partidos que ambos: trece, por encima de los doce de los segovianos y once de los salmantinos, por lo que su promedio de puntuación también es menor.
Lo atípico proviene del tópico de que –principalmente– un segundo equipo, formado casi siempre por jugadores varios años más jóvenes que sus rivales, compite mejor como local que fuera. No es el caso; sea por la razón que sea, se desenvuelve mejor en un contexto a priori menos propicio para ganar. Y eso que le costó arrancar, puesto que, como recordó su entrenador en #HacemosCantera, en la primera vuelta cosechó cuatro derrotas (las cuatro que lleva) lejos de su feudo, que distan de los cuatro triunfos en cuatro salidas en la segunda mitad del campeonato.
Esos veinticinco puntos conseguidos a domicilio permiten al segundo juvenil actual estar a dos unidades de ser el mejor Juvenil B del que se tienen registros fuera, teniendo en cuenta que el de la temporada 2009/10 consiguió veintisiete. Todo ello después de que el triunfo en el derbi ante el Victoria le permitiera superar los veinticuatro de la 2012/13 y teniendo en cuenta que el anterior tópico es un problema habitual de esta ‘línea B’.
Los dos escollos que le quedan por delante son la Arandina CF, en la jornada veintisiete, y la UD Sur, en la veintinueve. Pero, antes de afrontar dicho reto, el calendario deparará tres partidos seguidos en como local: el citado de este fin de semana ante el Santa Marta, contra el Numancia B (tras el acuerdo entre clubes que dio la vuelta a lo inicialmente previsto) y contra la Cultural y Deportiva Leonesa, ya ligeramente descolgada de la pelea por el ascenso, pero rival de mucho peligro.
Haber jugado menos en Los Anexos que otros ante su gente permite pensar que los diecinueve puntos en campo propio se mejorarán. Y así debe suceder si el Real Valladolid B quiere seguir ostentando la cuarta posición actual. No en vano, después de las ocho primeras jornadas de la segunda mitad del campeonato el cuadro blanquivioleta es, junto a la Segoviana, el que más puntos ha sumado, diecinueve.
Para mantenerse en lo alto de esta particular clasificación, debido a los cinco encuentros que aún le esperan en Valladolid, han de mejorar sus prestaciones, ya que esas diecinueve unidades le colocan como el quinto por la cola en una hipotética tabla tan solo contando los partidos de local. Aunque no será fácil, puesto que todavía faltan por rendirle visita los tres primeros.
En todo caso, si el Juvenil B hace buenos números en la siete fechas restantes podría mejorar la puntuación total de las últimas temporadas. Los 44 actuales son solamente tres menos que los sumados la pasada campaña, primera con Prado en el banquillo y los mismos que los que obtuvo hace dos Paco de la Fuente. Los cincuenta de la 2013/14 serían el siguiente peldaño a subir.
Y todo ello en un curso complicado, en el que ha habido que reponerse a unas cuantas bajas importantes, como las de Fer o Cebri atrás, que, empero, han permitido la irrupción de los cadetes Álex Pérez y Cerro, las de Rafa y Dani Sánchez, que estuvieron varios meses ausente por lesión, la de Dali por mor de unos problemas burocráticos o las de Pablito y Adrián Herrera, que finalmente han estado más tiempo con el División de Honor que con el Liga Nacional.