El Real Valladolid suma cuatro partidos sin ganar en casa y ya ha perdido esta temporada como local los mismos choques que hace dos años, en la última clasificación para el play-off
Foto: LFP
Un sí pero no. Un quiero y no puedo. Un me gustaría que se queda en un triste intento. En esta temporada mediocre del Real Valladolid hay un claro factor que les está pesando horrores a los de Paco Herrera. ¿Lo adivinan? Sí, para ascender el detalle innegociable es hacerse fuerte en casa, que sean pocos los equipos que consigan rascar puntos en Zorrilla, y es evidente que los blanquivioletas no están, ni mucho menos, cumpliendo con las expectativas en este sentido.
La derrota contra el Nàstic es tan solo el último ejemplo. Hace dos semanas tocó el esperpento frente al Levante. Un poco más atrás, un desolador empate a uno con el Lugo. Y en la anterior ocasión, otra igualada a cero ante el Tenerife. El panorama es desolador cuando se juega en Zorrilla, sin duda. Y la afición que se desespera, claro.
De esta manera son ya cuatro los partidos que acumula el Pucela sin puntuar de tres cuando ejerce de anfitrión. Lejos queda ya aquel triunfo contra el Rayo Vallecano del veintiocho de enero, la última vez que la grada blanquivioleta se fue a casa con una sonrisa en la cara. De poco sirve ganar algún choque puntual como visitante si luego no se cuida la casa. Y es que los números hablan por sí solos.
Quince partidos en casa, siete victorias, cuatro empates y cuatro derrotas. Un bagaje demasiado pobre el de no ganar ni la mitad de compromisos cuando tienes la ventaja de jugar en tu terreno y ante tu afición. Valga como comparación odiosa que el todopoderoso Levante no ha perdido ni una sola vez en el Ciudat de Valencia y el Girona, segundo clasificado, tan solo una en Montilivi. Parece una obviedad cuando se habla del Pucela decir que veinticinco de 45 puntos no son suficientes.
Pero la cosa va más allá. Si uno se pone a comparar los números de anteriores temporadas descubre un dato aún más esclarecedor. Los de Paco Herrera, después de hincar la rodilla ante el Nàstic este sábado, ya han cosechado el mismo número de derrotas en Zorrilla, cuatro, que hace dos años en lo que fue la última ocasión en la que los blanquivioletas se clasificaron para el play-off. Y todavía quedan seis partidos por disputarse en casa.
Sí. A este paso el Valladolid va camino de firmar uno de sus años más flojos en este sentido de la época reciente. Y eso que el pasado apenas se consiguieron veintinueve puntos cuando se concluyó en la decimosexta posición. Echando la mirada un poco más hacia atrás a la temporada 2014/15, la última vez que el Pucela consiguió clasificarse para el play-off, se alcanzó la cifra de 41 puntos en veintiún partidos en casa. Y de hecho el dato está en que, en este mismo año, el Pucela perdió los mismos cuatro partidos como local en toda la temporada que ya ha perdido a día de hoy. La caída sigue.