Los padres del Unión Zaratán guardaron la pasada jornada un minuto de silencio en señal de repulsa. Los del prebenjamín, además, portaron pancartas con el mismo fin: denunciar esta problemática para erradicarla
A punto de comenzar el encuentro, minuto de silencio. Y con las manos en alto. El acto sorprende, pues no es un hábito. Tampoco un homenaje. Más bien al contrario, es una acción de repulsa contra la violencia en el fútbol base. El gesto, del Unión Zaratán, quien, cansado de episodios como el reciente vivido en Baleares en el que unos sujetos corrían de un lado hacia otro con la intención de agredir hacia otros sin tener en cuenta a quienes les rodeaban, los verdaderos protagonistas del juego: los futbolistas. Sus hijos.
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Por si el ejemplo –que lo es– podía parecer baldío, a un grupo de padres, los del prebenjamín, se le ocurrió una idea mejor, la de hacer unas pancartas que mostraran que ellos no comulgan con monstruos. Aunque ‘quijotes’, más por la ardua tarea de concienciación que porque los que ejercen semana tras semana esa violencia siquiera verbal sobre árbitros y jugadores, no dudaron: estas son nuestras convicciones. Y no, si no les gustan no tenemos otras.
«Papás, más animar y menos pelear» era el lema que se podía ver en una pancarta. En la otra, «sin respeto, ni fútbol ni juego», premisa más clara que el agua, que diría aquel. Como si se la hubieran echado por encima, este grupo de padres se ha mojado donde otros habrían mirado para otro lado. No parece de extrañar que su eslogan sea «da igual ganar o perder, venimos a aprender».
«Nos toca de cerca, porque al final lo que queremos es que nuestros hijos vayan a pasárselo bien y aprender. El club nos comunicó que íbamos a tener un acto de repulsa en forma de minuto de silencio y se nos ocurrió hacer estas pancartas para demostrar que estamos totalmente en contra», relató este lunes una de las madres, Patricia Domínguez, en #HacemosCantera.

La fiesta que debería ser el fútbol en muchas ocasiones la aguan quienes tendrían que disfrutarla con insultos y otro tipo de agresiones. Por desgracia, prácticamente ningún club y muy pocos equipos están exentos de tener en su entorno a una de estas manzanas podridas. Los padres de este equipo del Unión Zaratán no olvidan que esto es «para pasárselo bien».
«Nosotros vamos a pasárnoslo bien, no queremos peleas ni insultos; disfrutamos aún más que los niños, y decidimos manifestarnos de esta manera, también para que la gente lo vea y no piense que todos somos iguales», destacó la madre de Adrián de la Peña, antes de recordar que en su equipo «cualquier excusa es buena» para juntarse. Sin lugar a dudas, esta fue de las mejores.

Es innegable que el fútbol mueve masas y millones. También, que no hay nadie que no disfrute ganando. Aunque en más de una ocasión quien rodea o vive el fútbol base se olvida de la formación y de que, en el fondo, no es más que un juego. Así ha de ser concebido, y así dice Patricia que lo conciben ella y sus compañeros ‘de valla’. «Cuando perdemos, salimos igual de contentos que cuando ganamos. Y en todos los partidos aplaudimos y animamos también al contrario. Porque los niños van a pasárselo bien», reitera.
Para terminar, deja una reflexión que debería grabarse a fuego más de uno en su cabeza, vistos los errores que comete: «No podemos pedir a los niños deportividad y compañerismo si luego los padres actuamos de otra manera. No hay mejor ejemplo que el que dan los padres. Por más que yo le diga a mi hijo que no se pelee y no insulte, si yo luego voy a pegarme o insultar al árbitro, ¿qué ejemplo le estoy dando? A lo que van al fútbol es a ser compañeros y a ser deportistas».
Escucha la entrevista completa haciendo clic debajo (a partir del 34:15):