Cerca de un centenar de aficionados del Real Valladolid acompañarán al equipo el próximo domingo en el partido que se disputará en Los Juegos Mediterráneos

Google Maps, que todo lo sabe, dice que de la Plaza Colón de Valladolid al estadio Los Juegos Mediterráneos en Almería hay 762 kilómetros y el viaje más o menos, sin paradas, dura casi siete horas y media.
Si a eso le sumas que el desplazamiento organizado por la Federación de Peñas es, obviamente, en autobús y que la vuelta se iniciará veinte horas después de haberse producido la salida, la palabra que a todo el mundo se le viene a la cabeza es la de paliza.
Pese a tantas horas de bus, tantos kilómetros y tan poco tiempo en Almería, 93 aficionados del Real Valladolid estarán animando a su equipo en el estadio almeriense y ayudarán a los blanquivioletas a sumar una victoria, quién sabe si vital en la lucha por el play-off y para seguir aferrados a las matemáticas.
El empate ante el Numancia dejó al equipo a tres puntos de la promoción, pero el Huesca se encargó de dar un golpe de castigo a los pucelanos y volver a colocarles a cinco, a falta de dieciocho por disputarse.
Con los ojos y la mente puestos en la clasificación, pero con el corazón más blanquivioleta que nunca, dos de los aficionados del Real Valladolid que acompañarán al equipo en esta importante jornada se muestran confiados y creen que todo es posible. «Ahora es cuando más necesitan a la afición. No podemos dejar solo al equipo en estos momentos tan duros», dice Marga Nisa, abonada y peñista. Por su parte, Dani Sánchez, también peñista y abonado, coincide y asegura que este partido «es clave para seguir teniendo opciones de play-off».
Porque para meterse entre pecho y espalda más de 1.600 kilómetros en menos de 48 horas hay que tener fe. «Mientras haya opciones hay que creer«, argumenta Dani. La afición se dejará el alma y la voz en las gradas almerienses y espera que el equipo lo dé todo sobre el césped. «Voy convencida de que así será, el último partido en casa me dejó muy buenas sensaciones», apostilla Marga.
Ambos aseguran que la afición es un factor determinante para que el Real Valladolid pueda «ganar a cualquier equipo» y en cualquier momento. «Aunque juguemos mal siempre hay que animar hasta el final, la afición hace mucho y juntos podremos salir adelante», comenta esperanzada Marga.
Y todo pese a que los blanquivioletas no han sabido mantener la regularidad durante esta Liga ni han sido capaces de ganar tres partidos seguidos. «El equipo nos ha dado una de cal y otra de arena. Ha demostrado que ha podido ganar al Oviedo y al Girona, pero perder en casa contra Nàstic, UCAM… nos ha lastrado, y fuera deja mucho que desear excepto en un par de partidos», lamenta Dani.
Para los dos peñistas y abonados, no será el primer viaje de la temporada y en este nuevo desplazamiento apuestan por una victoria visitante, pero con cierto sufrimiento. «Creo que el resultado será 0-1», comenta Marga, mientras que Dani augura más goles: «Yo 1-2».
El deseo de la afición
Independientemente de cuál sea el marcador final, lo que quieren es ver a los suyos al cien por cien en el campo. «Tienen que salir desde el minuto uno a luchar, estar bien situados y no bajar la guardia en ningún momento y, sobre todo, no salir con miedo», apunta Marga. Por su parte, Dani cree que la clave estará en «mantener la portería a cero» y prestar atención a «las jugadas a balón parado, claves para ganar o perder este tipo de partidos»
Una semana más, el Pucela debe hacer sus deberes y esperar, porque en caso de perder es probable que se diga adiós a la temporada. «Aun ganando tienes que echar un vistazo a otros equipos, así que perdiendo imagínate como sería. El objetivo que se marcó a principio fue el play-off, si no entras lógicamente es un fracaso«, contesta Dani tajante. Mientras, Marga es un poco más optimista: «Yo creo que hasta el final todo es posible, también dependemos de los otros equipos , pero no podemos dejar de creer, confío totalmente en ellos«.
Con más o menos ilusión de que se puede, con la temporada casi en juego por noventa minutos de partido. Con el corazón más blanquivioleta que nunca. Así viajarán 93 pucelanos que han demostrado, una vez más, que el escudo está por encima de kilómetros y horas de autobús. Que mientras hay vida hay esperanza, y que por mucho que esté tildada de fría, esta afición es grande, pero sobre todo, fiel.