El director deportivo del Real Valladolid ofreció su última rueda de prensa y abandona la entidad blanquivioleta tras un ciclo de tres años

Braulio Vázquez salió a la sala de prensa este viernes para ofrecer sus últimas palabras como director deportivo del Real Valladolid, después de que la entidad comunicara horas antes el acuerdo de rescisión de su contrato.
El gallego, que llegó al club blanquivioleta en abril de 2014, se despidió de los medios de comunicación y agradeció el cariño recibido durante su estancia en el el club blanquivioleta. Asimismo, aseguró que esta no es una decisión repentina, sino que la llevaba cavilando bastante tiempo y que responde a una necesidad de «cambiar de aires», según sus palabras.
Comparecencia larga, extensa y marcada por las preguntas de los periodistas, ya que el propio Braulio aseguró al inicio que no estaba cómodo con la situación. No obstante, en numerosas ocasiones aseguró haberse sentido muy a gusto y satisfecho con su trabajo. «Ha sido un orgullo y un placer trabajar en este club», afirmó.
Su marcha es fruto de un desgaste personal, aunque sobretodo del deseo de poner fin a un proyecto que necesitaba cocer a fuego lento. Su intención fue, desde el inicio, estructurar un equipo competitivo, que se consolidara poco a poco y que peleara siempre por el ascenso.
De este proyecto hace balance y, dice, es «positivo», aunque afirma que la segunda temporada en la que estuvo al frente de la dirección deportiva los resultados no fueron los esperados. Ahora, deja un Real Valladolid a las puertas del play-off, algo verdaderamente encomiable visto el presupuesto del que disponía el cuadro antes de iniciar el año: «Con el presupuesto que teníamos era complicado haberlo hecho mejor».
Braulio confiesa haber sufrido mucho por culpa de la pasión que siente por el equipo, por las críticas recibidas tras las derrotas y por la estrecha relación que mantiene con Paco Herrera, su apuesta personal y que considera «clave» para el ascenso. «Paco es un entrenador fantástico. No podía entender que cada día se estuviese jugando el puesto», admitió. A su vez, recordó el año vivido, los continuos altibajos y las semanas de incertidumbre. Nombró de nuevo a Paco, ya que su continuidad en el presente curso estaba ligada la suya. «A la destitución de Herrera le habría seguido la mía», espetó.
El mantenerse firme con sus convicciones, explica, le ha pasado factura, pero no se arrepiente de nada ya que entiende «la vida y el fútbol así». La dureza de la presente temporada tendrá recompensa si se consiguen las metas propuestas, algo que celebrará sin ninguna duda: «Si el equipo sube, será una satisfacción. Me sentiré muy orgulloso».
El porqué de su marcha, en el aire
Braulio rechazó alimentar cualquier tipo de rumor que especule sobre las razones de su salida. Garantiza que no tiene nada firmado, pese a que muchas voces le coloquen en la órbita del Osasuna. De la misma forma afirma haber recibido prácticamente desde su llegada jugosas ofertas que le tentaban para abandonar la capital castellana. Unas propuestas que nunca valoró, puesto que se sentía cómodo. «Aquí tenía facilidades, amigos y afinidad con mucha gente», aclaró.
Evitó otras polémicas relacionadas con el presidente, al que se le echó de menos en la despedida, y con el aspecto económico. El pontevedrés declaró su intención por cerrar la relación de la mejor manera posible y luego se disculpó por si alguien interpretase que las formas no habían sido correctas. Lo que sí quiso dejar claro es su compromiso absoluto con el Real Valladolid, al que ha dedicado todo su esfuerzo y ganas: «Nadie puede decir que no me he dejado la vida «.
No quiso ponerse medallas, ni vanagloriarse, ni mucho menos tildarse de cazatalentos. Sostiene haber trabajado con convicción y lamenta que desde fuera no se valore su sacrificio. Él lo achaca a una falta de paciencia, esa que él ha mostrado hasta el último instante y que ha desembocado en la aparición de jugadores como Anuar o José.
Como hombre previsor que asegura ser, se espera ver su sello en la estructura de la plantilla del año que viene. Su mensaje concluyó con una tajante afirmación: «No debía, ni quería continuar aquí, por el bien mío y por el del club», que acompañó con un “gracias a todos y que os vaya bien».