Estos son algunos de los canteranos blanquivioletas que más han destacado en la temporada que viene de concluir
Probablemente, como suele ocurrir en casos como el que aquí se va a abordar, ni son todos los que están ni están todos los que son, pero, concluida la temporada –a falta de que el primer equipo alevín termine la Fase Regional– en las categorías inferiores del Real Valladolid, cabe repasar quiénes han sido algunos de sus protagonistas.
Incluir a jugadores del filial podría ser lo justo, pero en este 11+5 de canteranos no aparecerán jugadores del Promesas, puesto que la pretensión es poner en valor el desempeño y la evolución de jugadores que han estado principalmente en eslabones competitivos inferiores y en otros equipos con un carácter más formativo.
Dado que el fútbol no es una ciencia exacta y en él está presente la ley del embudo, su aparición en esta lista no le convierte en futbolistas que tengan un futuro estatus garantizado en categorías superiores. No obstante, Real Valladolid B aparte, entre ellos están varios cuyo potencial invita a ser optimismas en cuanto a su futuro, ojalá, ligado al club y a su primer equipo.
Portero: Maxi. 26/07/2001. Cadete Regional.
No se presentaba nada fácil el reto de cubrir la vacante de Diego Altube, y sin embargo, el toresano ofreció un buen rendimiento debajo de los palos. No cabe duda que el buen hacer grupal influyó también en ello, pero encajó nueve goles y mantuvo su portería a cero en hasta ocho ocasiones de los diecisiete partidos que disputó. Sorprendió su ausencia en la última fase del Campeonato de España de regiones con Castilla y León, aunque eso no debe deslucir su buen curso.
Lateral derecho: Apa. 08/03/2000. División de Honor y Promesas.
Uno de los mejores jugadores de la cantera. Pese a sus diecisiete años recién cumplidos, jugó dos partidos con el Promesas en el tramo final de temporada. Antes, y desde el primer momento, se hizo con el lateral derecho del División de Honor, aun siendo juvenil de primer año. Rápido, profundo, carismático, ofensiv y, pegajoso en la marca, no es extraño que varios clubes de Primera anden detrás de él, ni sería raro que volviera a ser citado por la selección: tiene calidad y potencial a raudales.
Central: Javi Cerro. 12/01/2001. Cadete Regional y Juvenil B.
Comenzó la temporada como mediocentro a las órdenes de Iván Cabezudo en el Cadete Regional y terminó pasando buena parte de ella jugando de central para Jonathan Prado en el Liga Nacional. No solo eso, sino que acabó convirtiéndose en su mejor central y aportando incluso no solo en la salida de balón, sino también a balón parado. Aunque todavía algo falto de físico, con esta experiencia, debe ser uno de los puntales del Juvenil B cuando dé el salto definitivo la próxima temporada.
Central: Tena. 25/08/1999. Juvenil B y División de Honor.
Llegó para, en un primer momento, jugar en el Juvenil B y que se pudiera echar mano de él en el División de Honor en caso de que fuera necesario. Gracias a su buen desempeño y la ausencia de jugadores puros en su posición pronto dio el salto al primer equipo juvenil, donde mostró templanza y una correcta salida de balón, aunque también fue irregular y al final acabó siendo relegado casi al ostracismo. No obstante, se le espera el próximo curso ya definitivamente asentado en el DH.
Lateral izquierdo: Nieto. 21/01/1999. División de Honor.
A buen seguro, uno de los juveniles cuyo nivel ha estado más próximo al requerido para dar el salto a la Segunda División B, aunque no llegase a debutar y todavía le quede un último año de juvenil. Es potente, capaz de apurar con fuerza la línea de fondo, pero no solo es un lateral ofensivo, sino que también guarda la posición, lo que le ha valido para jugar de central en alguna ocasión. Hacer un buen año en el tercero como juvenil en División de Honor debería servirle para alcanzar el Promesas. En rojo lo tendrá marcado.
Mediocentro: Cadaveira. 25/01/2001. Cadete Regional.
Otro de los grandes artífices de la grandísima temporada del campeonísimo Cadete Regional. En una campaña en la que apenas han lucido los mediocentros de la base, él se hizo fuerte en una zona en la que la competencia, con los Prada, Camilo o Adrián Carrión, podría ser considerada elevada. Al final jugaron todos, y Cadaveira, de origen venezolano, lo hizo también con la selección de Castilla y León sub 16, con la cual estuvo en las dos fases del Campeonato de España de regiones.
Centrocampista: Adrián Carrión. 24/04/2002. Cadete B y Cadete Regional.
Una de las apuestas de la temporada; ganada. Ligero y pequeño, de primer año, participó bastante con jugadores mayores que él en esa Cadete Regional, aunque sin llegar a abandonar del todo la disciplina del Cadete B. Es un centrocampista volátil, móvil entre líneas y con capacidad asociativa, cuyo paso al frente no sorprende, debido a su calidad. El próximo año debería dar uno más y ser dominante en la categoría, así como destacar en una selección regional en la que ya estuvo.
Centrocampista: Pablito. 19/12/1999. Juvenil B y División de Honor.
Su caso es similar al de Tena: empezó con la idea de que alternara entre los dos juveniles y terminó en el primero, además, jugando mucho (casi tanto como Mito). Terminó siendo titular en la mediapunta, y a veces se le vio incluso jugando algo más retrasado, siempre buscando la portería rival y dominar el terreno enemigo con su conducción, con la pelota siempre pegada al pie. En medio de un curso más bien pobre del DH, fue una de las notas más positivas, aunque si quiere alcanzar el profesionalismo debe seguir evolucionando.
Centrocampista: Dali. 06/04/2000. Juvenil B.
Es uno de los jugadores más técnicos de la base del Real Valladolid, sino el que más calidad individual posee. Tardó en poder debutar debido a unos problemas burocráticos, pero cuando lo hizo fue insustituible por méritos propios. Se abandonó la idea o posibilidad de que jugara como referencia y actuó más como mediapunta o incluso en alguna ocasión como tercer centrocampista. Destacó, desatascó y decidió más de un partido. Hábil, indetectable a veces y goleador, tiene un gran potencial.
Delantero: Miguel. 03/09/1999. División de Honor y Promesas.
Hace años que la cantera del Real Valladolid no da un delantero así. Corpulento en su contexto natural y de potente zancada siempre, fue internacional y acabó disputando ocho partidos con el filial, sin amilanarse ante defensas mucho mayores y experimentados. No ha de llevar a engaño su físico: no está exento de técnica. Sus quince goles incluso parecen pocos, aunque no lo fueron. Es, por méritos propios, uno de los principales proyectos de la base blanquivioleta, por el cual, como sucede con Apa, suspiran infinidad de equipos.
Delantero: Aleksandar Isailovic. 01/10/2002. Cadete B y Cadete Regional.
El apellido le delata: es hijo del histórico y carismático punta balcánico. No obstante, es él, y no su apellido, quien marca los goles, por muy orgulloso que luzca el padre. Autor de nada menos que 46, 39 con el Cadete B y 7 con el Cadete Regional, la dirección técnica de las categorías inferiores de Serbia no le quitan ojo, y no es para menos. Diferencial por el físico –mide ya 1’91–, se le caen los goles de los bolsillos, por lo que también tiene detrás a varios equipos de Primera.
Banquillo: Probablemente aquellos aficionados que frecuentan Los Anexos echen en falta a algún que otro jugador, aunque, como se ha advertido con anterioridad, no todos caben. En todo caso, todo equipo necesita un banquillo, por lo que a los once anteriores se les podría añadir como reservas otros como el guardameta del Juvenil B Oli, el defensa central del División de Honor Prados, uno de sus compañeros, Mito, como posible centrocampista de refresco, Adrián Herrera como revulsivo u otro jugador que, como él, destacó por sus buenos números: el cadete Torres.
