El nuevo entrenador del Real Valladolid Promesas rompe la línea de los tres últimos años. Conoce la categoría y el fútbol base y modesto

Seguramente una de las primeras cosas que han sorprendido en Carlos Pérez Salvachúa sea su edad. Aunque tiene apenas 44 años, el recién anunciado como nuevo entrenador del Real Valladolid Promesas rompe con la línea de las últimas tres temporadas. Lo cual no tiene por qué ser malo.
En los tres últimos cursos los asiduos a Los Anexos venían viendo en el banquillo del filial a técnicos que apenas superaban la treintena. No obstante, no porque sea algo mayor se ha de entender que Salvachúa no tiene proyección, puesto que sigue siendo joven. Y, a cambio, cuenta con características que, aunque contrapuestas, no le inhabilitan. Incluso al contrario.
El míster madrileño cuenta con más de cien partidos de experiencia como técnico principal en Segunda B y se ha forjado en el fútbol modesto y formativo. Así, antes de su última etapa en el Villarreal, donde llevaba al tercer equipo y querían seguir contando con él, estuvo años atrás en ‘La Fábrica’ del Real Madrid, en la que empezó dirigiendo a benjamines y terminó al frente del primer conjunto cadete.
Los seis años en el Real Madrid estuvieron precedidos de una primera etapa en la UB Conquense, en la que ejerció de segundo. Precisamente a la Unión Balompédica retornó en 2005, para hacerse cargo del primer plantel en lo que sería su primera experiencia en Segunda B. Con su vuelta el conjunto manchego quiso salvar la categoría, pero el bagaje en los veintidós partidos en los que estuvo en el cargo no fue el suficiente como para que esto sucediera.
Terminada la temporada, consumado el descenso, volvió al fútbol formativo. Fue contratado como responsable de la red de captación del Villarreal en el fútbol base, cargo en el que solo estaría un año, ya que en 2007 fichó por el Guadalajara, donde fue segundo de Carlos Terrazas incluso en Segunda División. Y como las crisis suelen traer de la mano una oportunidad, cuando el ya nuevo técnico de la Ponferradina –a quien se enfrentará– dejó el club después del descenso administrativo, Carlos Pérez Salvachúa ascendió.
Aquella experiencia seguramente no fue sencilla, ya que la caída en los despachos fue ingrata y el ‘Guada’ tendría ganas de mantenerse más arriba. Estuvo dos años, en el primero hizo quinto y en el segundo fue tercero. Y en el primero digirió a Quique González, el canterano del Real Valladolid, que explotó definitivamente y que hizo veinticuatro goles.
Aunque podía haber continuado en el equipo alcarreño, debido a que una cláusula de su contrato le llevaba a renovar si entraba en la promoción de ascenso a la Segunda División B. Entró entonces en escena un Villarreal que ya conocía su trabajo y de cuyo ‘equipo C’ iba a salir Javier Torres Gómez, otrora técnico del Promesas. En la cantera ‘grogueta’ ha pasado las dos últimas campañas, en las que ha dirigido 78 partidos, que se saldaron con 34 victorias, 28 empates y 16 derrotas, con 131 goles a favor y 90 en contra, pese a contar con una plantilla cuya edad media era ligeramente superior a los diecinueve años.
Retazos de su fútbol
El nuevo entrenador del Real Valladolid Promesas es un gran desconocido para el gran público. No obstante, cabe suponer, por el simple hecho de que ha sido el escogido, que además de conocer las particularidades del balompié formativo, en su ideario están conceptos del juego alegre o de toque. “No salimos a especular nunca”, dijo en una ocasión, mientras entrenaba al Guadalajara, en la que añadió que su equipo quería “defender lo más arriba posible” y “dejar la portería a cero”, cuestiones que van (o podrían ir) en la dirección que querrá Luis César Sampedro para el primer equipo.
Esto se ha visto en el segundo filial amarillo, en el que podría haber seguido, si bien se decantó por otros retos. Dado que en esos equipos de cantera es habitual el cuidado del esférico, cabría en realidad medirle por aquella etapa en el Guadalajara, que fue muy buena. Además, casa bien con el organigrama de Miguel Ángel Gómez debido a su conocimiento de la base y las categorías bajas del fútbol nacional.
