El cancerbero catalán se incorporó a la pretemporada del Real Valladolid una vez concluido el plazo que recibió del club para intentar encontrar un nuevo destino

Pau Torres se incorporó este lunes a los entrenamientos que dirige Luis César Sampedro una vez concluido el plazo que le dio el Real Valladolid para intentar buscar la esperada salida del club. Esperada por la entidad, que desea su marcha, y por él, que sabe que su posición es débil.
Después de una primera temporada en Zorrilla en la que no jugó demasiado –lo hizo durante la lesión de Becerra y también en las primeras jornadas posteriores a su recuperación–, de puertas para afuera quedó marcado por un rendimiento que no fue el mejor (a pesar de que un sector de la afición siempre le defendió, por los errores que también cometió su compañero) y de puertas para adentro por la incómoda situación que generaron las preferencias de Paco Herrera.
El cambio de dirección deportiva no varió un ápice la intención del Real Valladolid; si acaso, la acentuó: no se cuenta con él y así se le hizo saber. De ahí que haya alargado casi una semana más sus vacaciones, a fin de que durante estos días intentase alcanzar una solución a esta situación, algo que por el momento no se ha dado, pero que debería darse.
Al menos ese es el deseo de todas las partes, hasta el punto de que horas después de que concluyera su primera sesión a las órdenes de Luis César se cerró el fichaje de quien ocupará su lugar, Jordi Masip. Si bien se llegó a barajar la posibilidad de que fuera Tanis Marcellán quien ocupase plaza del primer equipo, por razones económicas, el mercado y el interés de Sampedro de contar con dos hombres fuertes por puesto ha hecho virar en otro sentido.
Con todo, el deseo de todas las partes es que su marcha no se convierta en un culebrón, pese a que la historia empezó con tintes de ir a serlo debido a un retuit de Pau a un periodista catalán en el que se confirmaba el interés del Pucela de buscarle una salida. En las últimas fechas se han puesto sobre la mesa los nombres del Sporting de Gijón, del Nàstic de Tarragona o del Cartagena, aunque sin que mediara oficialidad en ningún caso.
Así las cosas, y salvo que la dirección deportiva o el cuerpo técnico decidan cambiar de plan, desde este martes se puede producir una situación curiosa: que con el primer equipo trabajen hasta cinco porteros; a saber, los ya conocidos Pau Torres e Isaac Becerra, el recién llegado Masip y Tanis y Guille Lara, ambos del filial, el último, uno de los fichajes de este mercado veraniego que apenas comienza.
 
			