El conjunto de Luis César se impuso con claridad al Zamora y con una menor holgura al Guijuelo

El Real Valladolid sigue imparable en este periodo de pretemporada. En su séptima cita (sin tener en cuenta el ensayo del viernes ante el Promesas) no defraudó y, además, continuó ofreciendo buenas sensaciones en Las Pistas del Helmántico, en un triangular que sirvió para repartir minutos y para seguir viendo cosas positivas del conjunto de Luis César Sampedro.
El técnico gallego volvió a disponer de dos onces distintos ante Zamora y Guijuelo, dos rivales de menor entidad y que no pudieron evitar que los blanquivioletas se impusieran en el IV Memorial Agustín Villar sin demasiados problemas.
Los zamoranos fueron quienes se enfrentaron en el primer partido a los vallisoletanos, en un duelo sin demasiada historia. Con ritmo pausado, el Real Valladolid dominó en todo momento, si bien la velocidad fue creciendo poco a poco al menos lo suficiente como para crear unas cuantas ocasiones.
El monólogo blanquivioleta pudo encontrar el primer premio en una acción de Toni, quien no pudo culminar con un buen disparo una acción individual. De un centro suyo llegaría el primer gol, obra de Antoñito, sobrepasado el ecuador. Lo hizo tras una buena jugada personal y con la zurda, tras marcharse de varios defensores rivales.
El Zamora pudo devolver la igualdad al marcador con un tiro al larguero de Levas en una falta directa, aunque no tuvo suerte, como tampoco la tendría acto seguido Mata, que remató a la madera un testarazo. Lo que pudo ser una asistencia de Samanes no se convirtió en ello debido a ese fallo, aunque luego el navarro tendría sus momentos para el lucimiento.
El extremo zurdo del Promesas puso desde la derecha el esférico para que Nacho, lateral de su lado natural, marcara el dos a cero. Ellos dos y Toni fueron los miembros más destacados de los pucelanos en ese primer envite, aunque el murciano se quedó sin ver puerta. Santi Samanes, en cambio, pudo hacerlo, desde fuera del área y a puerta vacía, con el que sería el tercero de los suyos y el tercer tanto de su pretemporada.
Antes del final Miguel –que volvió a desplazar a Mata al extremo derecho– estuvo a punto de marcar el cuarto, pero fue incapaz de dirigir a las mallas el cabezazo, igual que antes no había conseguido impactar con la espuela en el cuero en el centro que se convirtió en el dos a cero. Esos primeros 45 minutos los jugaron Masip; Antoñito, Calero, Álex Pérez, Nacho; Borja, Anuar; Mata, Toni, Samanes; y Miguel.
Distinto once, tónica semejante
Durante los segundos 45 minutos el once que alineó Sampedro en Las Pistas fue el formado por Becerra; Moyano, Guitián, Deivid, Ángel; Luismi, Sergio Marcos; Pablo Hervías, Míchel, Iban Salvador; y Jose.

Como contra el Zamora, ante el Guijuelo el juego tampoco fue brillante, y sin embargo, la tónica fue semejante. Costó más dominar y materializar el dominio, aunque desde el inicio se vio de nuevo que las alas son una de las mejores noticias de lo que va de pretemporada.
Así, en un anodino comienzo, Pablo Hervías se destacó como lo que es: un jugador diferente. Sin llevar un peligro excesivo, tuvo alguna ocasión en la que se impuso a su par y llegó hasta la línea de fondo para servir el cuero al área. No obstante, el mayor peso de las operaciones recayó en la izquierda, lado en el que actuó Ángel como lateral con Salvador y Jose alternando por delante.
Precisamente ellos dos serían protagonistas de las jugadas de ataque de mayor mérito por parte de los de Luis César. Al poco de iniciarse este segundo envite, Ángel centró y ni Míchel ni Jose pudieron rematar, en el primer aviso del Pucela. Sería merced a un envío del centrocampista valenciano como llegaría el cero a uno, con un testarazo en el segundo palo de Iban Salvador.
El pequeño guerrero africano no ceja en su afán de ganarse un puesto dentro del plantel y, además de su característica intensidad, se mostró participativo. Así, pudo hacer el segundo con una vaselina que golpeó en el larguero y se marchó fuera, después de que Isaac Becerra evitase que el exblanquivioleta Jonathan Martín empatase con una falta alejadísima de su puerta.
Con todo, el equipo fue de menos a más en esos 45 minutos, por lo menos en lo que se refiere a intervenciones de los hombres de ataque. El dominio otra vez fue incontestable y si bien costó más hacer gol, Jose, con una arrancada desde la izquierda, sentenció a falta de cinco minutos para el final, tras soltar un zapatazo hacia la puerta de un Héctor que nada pudo hacer.
Con este triunfo, el del Real Valladolid sigue siendo el único nombre que se ha inscrito en el Memorial Agustín Villar que honra al malogrado futbolista que actuó en los tres participantes, y lo que es más importante, con esta nueva prueba se continúan viendo cosas que a Luis César le gustan… aunque también algunas que no, como luego reconocería en rueda de prensa, cuestiones, estas, que querrá modificar de cara al inicio liguero de dentro de dos fines de semana.
