El central, recién nombrado tercer capitán, habló sobre cómo cree que llegará el Real Valladolid al debut liguero

Después de los dos días de descanso que pusieron punto y final a seis semanas de pretemporada, el Real Valladolid ha regresado este martes a los entrenamientos en una sesión que supone la primera de la semana en la que empezará la liga y que tuvo como grata noticia la vuelta de Óscar Plano, quien podría estar a disposición de Luis César para el partido del sábado. Calero, Luismi y Anuar, en cambio, estuvieron al margen, el último, tras un golpe en el glúteo durante la misma sesión.
Al término de los ejercicios Deivid Rodríguez, recién llegado al conjunto blanquivioleta, compareció ante los medios. Se le vio centrado en el primer rival, el Barça B, a quien define como un “arma de doble filo”. El central promete empezar la temporada fuerte, sabedor de que “los tres puntos no vuelven”. “Hay que empezar enganchando a la gente en casa y ganando”, comentó.
Tras cuatro años seguidos en Segunda División, Deivid cree que el principal objetivo es el ascenso, aunque el camino hasta él sea largo. “Iremos creciendo. Dentro de las limitaciones de presupuesto se ha hecho una gran plantilla. No tengo miedo a decir que el Real Valladolid, por historia, futbolistas y entrenador, tiene que pelear por ascender sí o sí“, asegura.
El choque contra el Barça B nada tendrá que ver con lo visto en los partidos de pretemporada. Las sensaciones han sido buenas y el equipo solo perdió un partido, pero “no hay que lanzar las campanas al vuelo”, a pesar de que los jugadores han cogido “rápido” los conceptos que Luis César desea implementar. “En liga todo es diferente, pero intentaremos no dar ninguna facilidad al rival y que el trabajo se vea reflejado el sábado”, ponderó el defensor.
Este periodo de preparación ha servido también para que la plantilla se vaya conociendo. Por el momento reina el buen ambiente, aun cuando la competencia se prevé feroz. “Hay dos jugadores por puesto, incluso tres. Somos una plantilla amplia y el míster no ha dejado ver nada de quién va a jugar. Yo creo que todo eso es buenísimo para el grupo”, aseguró.
Aunque es un recién llegado, el canario ha sido nombrado tercer capitán, una ascendencia tempranera, pero que se puede ver en su carácter. “A veces soy un poco pesado. No lo hago más o menos porque me hayan nombrado capitán, va en mi carácter. Siempre intento ayudar al compañero y corregir los errores que tengamos dentro del campo. Sobre todo, trato de trasladárselo a los más jóvenes. Yo también he pasado por ahí y hay que entender el juego. Cada vez más, a la gente que viene de abajo le cuesta entender el fútbol, porque vienen muy mecanizados. Al final, hay que resolver problemas dentro del campo y no solo con lo que te diga el entrenador”, considera.
Con todo, una de las premisas que trata de inculcar Luis César a sus jugadores es la de recuperar pronto el balón o cometer faltas en campo contrario para evitar las contras de los rivales. “Si las hacemos allí, no las haremos en nuestro campo. Eso conlleva que estaremos más arriba y así nos ahorraremos carreras hacia atrás. Está claro que debemos controlar las tarjetas, pero no es lo mismo pegar una patada a destiempo que un pequeño agarrón para que la gente se coloque otra vez y estar ordenados. El míster nos hace ser agresivos, pero con una agresividad bien entendida”, concluyó.
