El Real Valladolid B se encomendó al abulense para intentar rebañar un punto ante su homólogo del Atlético de Madrid, pero la bisoñez pesó más

Como agua de mayo, y nunca mejor dicho. Así se esperaba a Mayoral en el Promesas. Sin embargo, con él no fue suficiente para que el Real Valladolid B consiguiera rebañar al menos un punto contra su homólogo del Atlético de Madrid. Y no lo fue porque otra vez el filial blanquivioleta se mostró bisoño, en pañales, todo lo contrario que su rival, que a falta de otras cosas, fue eficaz y compacto.
Este adjetivo está lejos de ser aplicado a los de Carlos Salvachúa, visto lo visto. A falta de que se incorpore Samanes, de que vuelva Alvarado y, quizá, de que Anuar se convierta en el fichaje del año, tal y como es el deseo del técnico y de la dirección deportiva, les falta empaque y equilibrio antes de cualquier otra cosa. Para intentar dotar al equipo de ello, el entrenador madrileño introdujo a Javi Pérez de inicio, aunque no estuvo demasiado acertado, falto aún de conocimiento del y por parte del grupo.
Actuó de ‘ocho’ y Miguel Marí siguió de ‘seis’, y volvió a cuajar una actuación bastante deficiente, desconocedor de la posición. Y como él no sabía cuándo achicar, Javi Pérez estaba a veces a una altura excesiva y Dani Vega no replegaba muy a menudo, se generó un agujero en el sector derecho defensivo que, en el costado, amenazó con masacrar a Apa, que aguantó como buenamente pudo. Justamente ese hueco, enorme, fue el que aprovechó el Atlético de Madrid B para ponerse por delante.
Recién sobrepasado el ecuador del primer acto, el cuadro visitante progresó por esa zona del tapiz y, tras un pase de bella factura, pero que dejó a la vista la candidez de Velásquez, Ródenas picó por encima de Tanis e hizo el cero a uno. El Promesas, que había amenazado en el tramo inicial con dominar, no supo encajar el golpe y fue muy inferior al Atleti hasta el descanso, hasta el punto de que la renta parecía escasa, bastante, cuando el colegiado lo decretó, y eso que solo Rafa tuvo una ocasión clara en una acción muy semejante a la del gol, con un agravante: es el defensa central.
Si la segunda mitad fue diferente fue, seguramente, debido a la entrada de Mayoral, que redebutaba con el filial después de su cesión de los últimos meses de la pasada campaña. Fue una amenaza, salvando las enormes distancias, como la que supone Messi en ocasiones, pues sus movimientos fueron semejantes, tratando de dañar a la espalda de los mediocentros rivales y con conducciones que ponían nerviosa a la zaga visitante.
Al contragolpe fue el Westbrook MVP: el aclarado era continuo. A sabiendas de su potencia, el resto del equipo se desplegaba para dejarle sitio. Y con el juego en estático, se convirtió en el Lío de los días de atasco: saltaba de la presunta zona de influencia del delantero para amenazar y recibir entre líneas, girar y arrancar. Así, sin generar muchas ocasiones, hizo que el peligro fuera latente.
Este creció cuando Salvachúa cayó en la cuenta de que había desactivado a Miguel colocándolo en la banda una vez más. Luis Suárez le relevó en el costado zurdo y entre los tres hicieron que el empate pareciera posible. El resto del filial se contagió de su hambre y coraje y dio un paso adelante que, sin embargo, no traería la buena nueva. Quizá al contrario.
El Atleti B aprovechó una jugada prácticamente aislada para hacer el segundo, de nuevo obra de Ródenas, que, sin excesiva oposición, cazó dentro del área un despeje de Tanis en respuesta a un disparo de Orona. Y aunque el Real Valladolid B no estaba por la labor de que el tanto fuera el de la sentencia, a la postre lo fue.
Porto acortó distancias en las postrimerías del choque, al aprovechar un despiste visitante en una jugada a balón parado, pero quedaba tan poco tiempo que no pasó nada más. Para el central fue un acicate a una actuación que llevó a la grada una sensación de inseguridad. Voluntarioso, se puso de palomero al final, pero sus compañeros no consiguieron conectar con él ni hacer el empate en cualquier otro tipo de acción.
El próximo sábado a partir de las 18:00 horas, en O Vao y contra el Coruxo, ya con Samanes y Alvarado, el Real Valladolid B afrontará una nueva intentona por sumar por primera vez tres puntos esta temporada, algo que, contra el Atlético de Madrid B, estuvo lejos de suceder. No obstante, recuperados efectivos, debería llegar la muy necesitada mejoría.
Real Valladolid Promesas: Tanis, Apa (Rubén, min. 60), Velásquez, Porto, Corral, Miguel Marí (Montenegro, min. 90), Javi Pérez; Dani Vega, Cobo (Mayoral, min. 50), Luis Suárez y Miguel.
Atlético de Madrid B: Carlos Marín; Solano, Montoro, Rafa, Sergi; Olabe, Tony Moya (Salomón, min. 65); Arona, Cristian Rodríguez, Rubén Fernández; y Ródenas (Juan Moreno, min. 82).
Goles: 0-1, min. 26: Ródenas. 0-2, min. 70: Ródenas. 1-2, min. 81: Porto.
Árbitro: Fernández Rodríguez, auxiliado en las bandas por Vázquez Martínez y Mazaira Rodríguez. Amonestó a los locales Rubén y Luis Suárez, y a los visitantes Solano, Olabe y Rubén Fernández.
Incidencias: Tercera jornada del Grupo I de la Segunda División B. Encuentro disputado en Los Anexos al Estadio José Zorrilla.
