El Real Valladolid Promesas consigue su primer triunfo en un partido feo contra un Cerceda que no generó demasiado peligro

Tuvo que ser en la novena jornada. El Real Valladolid Promesas consiguió su primera victoria del curso en un partido feo y contra un Cerceda que apenas inquietó. Los gallegos regalaron el gol, marcado en propia meta por Tiago Portu en una cesión hacia su cancerbero en la que no se dio cuenta de que este estaba fuera de la portería, y no fueron capaces de amenazar casi la portería de Tanis.
El choque comenzó animado, con una ocasión de Luis Suárez a los siete minutos, tras una acción individual en la frontal que él mismo finalizó. Como haría casi cada vez que recibía el balón, obcecado. Tuvo una segunda intentona pocos minutos después a pase de Javi Pérez, pero, demasiado escorado, la tiró fuera. Mientras, los gallegos se venían sin balón y sin demasiadas ideas cuando lo tenían, lo que no fue obstáculo para que Quique pusiera a prueba a Tanis al cuarto de hora con una picadita de cabeza que el arquero despejó a córner. Fue casi lo único de los rojiblancos en ataque en los noventa minutos.
El juego era bastante pausado, lento, pesado incluso, la igualdad era manifiesta y daba la sensación de que solamente una acción desastrosa o virtuosa la iba a romper. Y así fue. Sobre el ecuador del primer periodo Tiago Porto la cedió para atrás hacia la portería sin darse cuenta de que Magunazelaia no estaba, y el balón acabó alojado en las redes. Esto animó a los coruñeses, pero a prescindir de cualquier tipo de labor creativa. Pasaron a enviar envíos largos hacia Luariz, quien se desenvuelve a sus veinticinco años como si tuviera diez más. No obstante, no ganó casi nunca la partida.
Los nervios en el Promesas eran evidentes, dado que el escenario, aunque deseado, era prácticamente nuevo. El descanso pasó como lo hizo en primer tramo del segundo tiempo, y Javi Pérez pudo hacer el segundo, pero Oriol lo evitó debajo de los palos con su portero ya vencido. Luis Suárez siguió a lo suyo y Samanes dio sus últimos coletazos en banda derecha, cambiado con Miguel, y en una de estas hizo un bonito control con el exterior y un centro que Marí no pudo alojar en las mallas. Ante otra acción del navarro, la penúltima, al primer toque con Alvarado y con Marí, se pidió penalti, pero el colegiado no lo decretó.
Ante la falta de la sentencia o de un tanto que diera mayor comodidad, el Cerceda se hizo dueño del cuero y se fue arriba, pero sin generar peligro y pareció que hasta sin mucha convicción. La defensa vallisoletana, no la línea, sino la labor, se impuso con sacrificio y entrega y permitió que Tanis no tuviera que sufrir demasiadas intentonas francas, a lo sumo, una falta en la frontal en la última jugada que llevó el nerviosismo a la grada, pero que terminó en nada.
El silbatazo final hizo estallar de alegría a un equipo que ha sufrido mucho y que había trabajado en las últimas semanas para conseguir una victoria que se le estaba resistiendo en demasía y llevó a la afición a recompensar toda esa lucha con una ovación. El triunfo querrán los blanquivioletas que sea el primero de muchos, que de llegar, lo harán como este, edificados sobre un compromiso defensivo importante y sobre un acierto arriba que todavía no se ha dado. Paso a paso; lo primero era ganar, y eso al menos ya se ha logrado.
Real Valladolid Promesas: Tanis; Rubén, Mario, Porto, Raúl Navarro; Carrascal, Marí; Miguel (Alvarado, min. 67), Javi Pérez, Samanes (Dani Vega, min. 77); y Luis Suárez (Becerra, min. 87).
CCD Cerceda: Magunazelia; Axel (Oriol, min. 42), Agullo, David Soto, Tiago Porto (Keko Vilariño, min. 72); Hugo Rama, Claudio, Armando, Quique (Álvaro Martín, min. 72); Pedrosa y Luariz.
Gol: 1-0, min. 22: Tiago Portu (propia puerta).
Árbitro: Enrique Gao Aladro, del colegio asturiano, asistido en las bandas por Eliana Fernández González y Nicolás Menéndez Riestra. Amonestó a los locales Javi Pérez, Rubén, Luis Suárez y Alvarado y a los visitantes Luariz, Pedrosa, Armando, Claudio y Oriol.
Incidencias: Partido correspondiente a la novena jornada liguera, disputado en una tarde calurosa ante una buena afluencia de público.
