El Real Valladolid ha ido aumentando paulatinamente el control del balón, alcanzando la máxima cota ante los gallegos. En ese mismo encuentro, los de Luis César dieron 452 pases buenos

Frente al Lugo, el Real Valladolid demostró que un partido se compite los noventa minutos, arañando un punto que, si bien puede parecer escaso, es más que meritorio tras ir perdiendo 0-2 pasada la primera media hora del choque. Los de Luis César asediaron la portería de un Juan Carlos que se erigió como el salvador de su equipo.
Las sensaciones se refrendan con números, y las estadísticas del choque vienen a confirmar el dominio que los blanquivioletas ejercieron, especialmente, durante la segunda mitad. Los datos de posesión son abrumadores: 69’1% para los locales por 30’9% para los lucenses. También lo son los pases: 452 fueron satisfactorios.
Si bien el asedio se hizo patente tras la reanudación, sorprende ver que el Pucela tuvo el máximo control del partido entre los minutos treinta y cinco y cuarenta, alcanzando una posesión del 90% en ese tramo.
Cifras que dicen mucho y que confirman una idea que viene sobrevolando en las últimas jornadas: Luis César quiere hacer daño a los contrarios teniendo la pelota lo máximo posible.
Los datos de posesión permiten igualmente ver la evolución del Real Valladolid en estas primeras once jornadas. Arrancó la temporada ante el Barça B con unos números cercanos a los actuales, aunque con el paso de los partidos fue perdiendo el control de los partidos.
El único encuentro en el que los blanquivioletas cedieron la posesión al equipo rival fue en la visita al Reino de León, choque en el que superaron mínimamente el 40%. El derbi supuso un punto de inflexión y la linea de control de la pelota ha sido siempre ascendente, salvo el empate ante el Almería.
Traduciendo los números a lo que se ve sobre el césped, el Pucela ha pasado de un juego más directo a elaborar más las jugadas. El control del centro del campo se antoja esencial, y buena prueba de ello fue que, con la entrada de Míchel, el equipo volvió a mostrarse incisivo pero sin sacrificar ni la pausa ni el toque.

Los remates a puerta, dentro de la media
Pero la posesión se queda en agua de borrajas si no va acompañada de la finalización efectiva de las jugadas. Tampoco le quita el sueño esto a Luis César, pues sus hombres de ataque no están teniendo excesivos problemas a la hora de mandar el balón al fondo de la red.
En este sentido, puede afirmarse que el Real Valladolid está cómodo dentro del área rival. Ante el Lugo, los blanquivioletas efectuaron siete remates a portería, si bien consiguieron los dos tantos desde los once metros. No obstante, el Lugo fue un conjunto más efectivo, pues transformó dos de los cuatro remates.
Efectividad de la que el Pucela también ha hecho gala cuando ha sido necesario. Un buen ejemplo puede ser la victoria ante el Tenerife, con dos dianas en tres disparos directos a la meta de Dani Hernández. Una situación que, no obstante, difiere de la tónica general, en la que los blanquivioletas suelen superar los cinco remates a puerta por partido.
En el lado opuesto, la victoria ante el Granada y la goleada al Córdoba, con diez y nueve remates a puerta, respectivamente. Por lo tanto, los siete efectuados ante el Lugo entran dentro de lo que puede considerarse normal en estas primeras once jornadas.