El extremo del Real Oviedo, clave en las dos últimas victorias del conjunto carbayón, desempeña la labor de Toché tras la lesión de este

Minuto 91. Empate a uno entre Nàstic de Tarragona y Real Oviedo. Mossa cae derribado dentro del área y el colegiado no duda ni un instante: penalti. Aarón Ñíguez se hace con el esférico y, mediante un disparo que tuvo más corazón que calidad, envía el balón al fondo de la red.
Así se gestó, la pasada jornada, la primera victoria a domicilio del conjunto carbayón. El protagonista, con el ‘7’ a la espalda, lleva siéndolo durante toda la campaña, pero en los últimos partidos ha dado un paso más.
Sin ser su rol natural, la lesión de Toché ha dejado al ilicitano como la máxima referencia anotadora de los de Anquela. De hecho, Aarón Ñíguez ha anotado los tantos de la victoria en los dos últimos encuentros que ha disputado el Real Oviedo.
Así, el extremo ya lleva tres dianas en su cuenta particular, solo una menos que el curso pasado en el Tenerife y dos por debajo de su registro en la 2010/11, cuando militó en el Recreativo de Huelva.
Pero, más allá de los goles, la verdadera baza con la que juega el ilicitano es su explosividad. Sus movimientos sobre el césped recuerdan a su hermano Saúl: rápido, letal en los metros finales y con una gran capacidad de combinación.
Aunque si algo terminó de convencer a Juan Antonio Anquela, esa fue su versatilidad. Junto a su mejor aliado, Saúl Berjón, Ñíguez cambia de banda con la misma facilidad con la que respira. Heredero del dorsal de Susaeta, quien también hizo que el Tartiere se maravillara viendo a su equipo jugar, ha conseguido que la parroquia carbayona olvide a su predecesor.
Pieza clave en la pizarra del técnico jienense, el extremo también destaca por su golpeo de balón. Su disparo fino y preciso le ha convertido, junto a Berjón, en el encargado de ejecutar la mayoría de las jugadas de estrategia de las que disponen los azules.
La afición ha caído rendida a sus encantos, y no es para menos. No en vano, le han nombrado el mejor jugador azul del mes de octubre. Un galardón que llega en un «momento redondo», tanto en lo personal como en el ámbito colectivo. La mejor versión de Aarón Ñíguez ha llegado a la capital del Principado. Y no podía haberlo hecho en un momento más oportuno.