El central del Real Valladolid consiguió el gol más tempranero en lo que va de temporada para los de Luis César

El Real Valladolid había visto bastantes veces cómo antes del minuto diez el partido se le ponía cuesta arriba debido a un gol del rival. En esas ocasiones, los de Luis César tenían que buscar huecos en unos rivales que se cerraban y continuaban esperando errores en la salida del balón blanquivioleta. Este sábado no fue así. Es más, fue todo lo contrario. El Pucela marcó antes el minuto cinco y simplemente se dedicó a esperar al Oviedo.
En el minuto tres, Juan Carlos erraba en un despeje y enviaba el esférico a córner. Óscar Plano puso el balón desde la esquina a la cabeza de Deivid que remataba a la red. El tanto, en el minuto cuatro, situaba al Real Valladolid en una situación que no había vivido en ninguno de los otros catorce partidos –a favor, claro–.
Antes del tanto de Deivid, el equipo de Luis César no había conseguido hacer ningún tanto tan pronto. De hecho el chicharro más tempranero del Real Valladolid hasta esta fecha quince había sido precisamente en el minuto diez. En la jornada cinco, Mata metía el primero de los dos del Pucela al Granada. Dos fechas más tarde, Iban Salvador se acercaba a la marca de Mata y conseguía abrir el marcador frente al Córdoba en el trece.
El Real Valladolid aprendió de los errores que le han condenado en las últimas semanas y no arriesgó en demasía sacando el balón desde atrás. Sin la necesidad imperiosa de dominar el esférico y de llevar el peso del encuentro, el Pucela se dedicó a saber defender el marcador y jugó un partido feo, pero que vale de la misma manera tres puntos.
Unos tres puntos que se antojan clave debido a que, de perder, los blanquivioletas se podían alejar a seis puntos del play-off. El Real Valladolid fue más rápido desenfundando su revólver y su bala hirió de muerte a un rival que, pese a intentar levantarse al final, cayó fulminado por el fuego blanquivioleta.