El Real Valladolid no sabe lo que es volver a casa con tres puntos desde la segunda jornada, a finales de agosto, cuando ganó al Sevilla Atlético por 1-2

El Real Valladolid empezó esta temporada 2017/18 como aspirante al ascenso, por mucho que fuera uno de los presupuestos más bajos de la liga o que haya otros muchos equipos con mucho más potencia tanto económico como deportivo. La pretemporada invitó a ilusionarse y, sobre todo, los primeros partidos de la campaña.
La primera victoria blanquivioleta fue el veintiséis de agosto, en la ciudad deportiva hispalense, ante el Sevilla Atlético por 1-2. ¿La recuerdan? Sí, esa en la que iban 0-2, pero casi que se pidió la hora para no sufrir más de la cuenta.
Pues desde entonces, el equipo de Luis César Sampedro no sabe lo que es ganar lejos de Zorrilla. Y un club que aspira a estar en Primera el año que viene no puede permitirse estar noventa días sin conseguir un triunfo a domicilio. Después del choque ante el Cádiz, en el que había puestas bastantes esperanzas para remontar la dinámica, todo sigue igual… o peor, porque los aficionados blanquivioletas empiezan a estar nerviosos no solo por los resultados, también por la imagen que dejan en ciertos momentos.
El Pucela ha conseguido cuatro empates y tres derrotas, datos bastante pobres para un candidato a todo. Tanto es así que en una hipotética clasificación como visitantes, el Real Valladolid se situaría en la decimocuarta posición, al haber conseguido tan solo siete puntos. Asimismo, es el segundo equipo (a expensas de lo que hagan Alcorcón y Zaragoza esta jornada) que más goles recibe lejos de Zorrilla, con un total de quince tantos en los ocho encuentros disputados fuera de Valladolid. Analizando un poco más este dato, se puede observar que de esos ocho partidos, siete los ha empezado perdiendo y cinco de ellos han sido con un gol antes de los diez minutos iniciales. Finalmente, consiguió empatar en León, Almería, Reus y Gijón.