Tras marcar tres goles en sus primeros cuatro partidos con el Real Valladolid en los últimos encuentros el griego ha visto como su papel es aún más secundario de lo que se podía prever

Nada hacía indicar que Giannis Gianniotas iba a contar tan poco para Luis César viendo cómo empezó la temporada para el jugador heleno. Y es que, a pesar de solo haber disputado un solo encuentro como titular en la Segunda División, su rol en los primeros partidos defendiendo la zamarra vallisoletana iba cobrando peso de manera progresiva. Aunque sobre todo en las segundas partes, Gianniotas cada vez que jugaba demostraba algo diferente a lo que podíamos haber visto en los primeros cuarenta y cinco minutos de cada partido.
Las sensaciones eran muy buenas, la afición se ilusionaba con el extremo y, en multitud de partidos atascados, se ilusionaba al ver calentar al jugador en la banda. La gente quería ver a Giannis de inicio en liga y, el quince de octubre, llegó su momento ante la UD Almería.
Dicho encuentro habría sido complicado para cualquiera, ya que a los dos minutos Verza hizo el primer gol del partido y el Real Valladolid tuvo que remar contracorriente para sobreponerse al uno a cero a favor del equipo local, pero, para alguien que pretendía asentarse en el once, lo fue aún más. El griego no cuajó un gran encuentro y, en el minuto 61, ya con el partido igualado a uno, Luis César optó por relegarlo al banquillo en detrimento de Pablo Hervías.
A partir de este partido, excepto en Copa (donde ha jugado 215 de 270 minutos posibles), Giannis Gianniotas no ha vuelto a ser titular. Y es que en liga, de los últimos 630 minutos después de su titularidad en Almería, solo ha conseguido jugar 117. Sin duda, estos números no son los mejores para un futbolista internacional absoluto con su selección y que además busca encontrar su sitio la próxima temporada en su club de origen, el todopoderoso Olympiacos.
Nadie sabe a ciencia cierta si Giannis sería la solución para levantar esta mala racha de tres partidos ligueros consecutivos perdiendo, pero lo que aún menos sabe la afición es por qué al inicio de temporada era el jugador número doce para el Teniente de Arousa y ahora se pasa los partidos viendo a su equipo los noventa minutos desde el banquillo.