El delantero murciano jugará en el Real Salt Lake City de la MLS después de rescindir con Las Palmas en noviembre y de sonar para varios equipos de Segunda

Alfredo Ortuño tiene nuevo equipo. El protagonista del culebrón veraniego y uno de los más surrealistas de los últimos años en el Real Valladolid se marcha a Estados Unidos después de rescindir en noviembre con la UD Las Palmas. Jugará en el Real Salt Lake City de la MLS, principal liga norteamericana, y no en alguno de los varios equipos de Segunda que se venían barajando.
El atacante, cabe recordar, firmó como blanquivioleta el pasado verano. Lo hizo sobre la bocina, y nunca mejor dicho, ya que la Liga de Fútbol Profesional desestimó su inscripción debido a que los trámites se concluyeron fuera de hora, lo que originó un escenario más caracterítico de una comedia mala de Hollywood que del fútbol profesional.
Una vez se confirmó su fichaje, se supo que no estaba en regla dado que su empecinamiento en coger un avión a las Islas Canarias mientras el plazo se cerraba provocó que no pudiera firmar él mismo su contrato. Con todo, llegó a ser presentado, pero dio la espantada después de entrenarse un solo día a las órdenes de Luis César Sampedro.
Rompió con Bahía, su agencia de representación, y volvió a Las Palmas, club que tenía ocupadas las veinticinco fichas que permite la reglamentación. Así, estuvo sin jugar hasta su rescisión de contrato en noviembre, que no era óbice para que, en caso de firmar por un equipo de Segunda, tuviera que pagar al Real Valladolid una cantidad estimada en 750.000 euros.
Esta cifra no pareció ahuyentar a los rivales del Real Valladolid, dado que varios de ellos llegaron a plantearse la posibilidad de firmar al murciano. Así, desde su salida de las islas se habló del interés de Cádiz, Real Zaragoza o Cultural Leonesa (a través del Leeds inglés) por firmarlo, así como del Mallorca, que se encuentra en Segunda B pero se plantea reforzarse en este mercado invernal con garantías para volver a la LFP.
Aunque el Real Salt Lake City no ha confirmado los términos de la operación, su contrato podría ser de cuatro años y traer aparejada su condición de jugador franquicia, según publica el diario Marca. Sea como fuere, parece cerrar un episodio complicado para todas las partes y que sin lugar a dudas, y a pesar de la condición de pichichi de Mata, perjudicó gravemente al Real Valladolid.