El Divi ganó al Atlético Casarrubuelos en un partido sin brillo pero fácil

Cuando Pesca disparó al palo, alguno pudo pensar «ya está; tarde tonta». Pero no. El Real Valladolid demostró concentración y ambición a partes iguales al ganar al Atlético Casarrubuelos en una tarde desapacible. Así lo era por el tiempo, frío, con agua que quería ser nieve, con unas treinta personas en la grada nada más –puede que jugasen más de los que lo vieron desde fuera–, en un partido que no debió jugarse a la hora de comer el roscón y jugar con los regalos.
Pese a que el parón podía ser mal consejero, no lo fue porque el Divi lo desoyó; hizo más caso a su técnico. Era un partido de esos en los que uno se confía y tira todo por el sumidero: contra el colista –igualado con el Santa Marta–, un rival al que metió siete en la primera vuelta, y en ese punto citado, a destiempo, a deshora, con bajas y después de no haber competido en las últimas semanas.
El Casarrubuelos cedió el balón, a sabiendas de que de nada le iba a servir intentar tenerlo. Sí que quiso robarlo, o bueno, un poco: presionaba solo un poco la salida y, salvo a los tres jugadores que la luchaban en primer término –sin volverse locos–, cerraba espacios atrás, dejando que los vallisoletanos la tuvieran lejos de su área. Así fue en el tramo inicial, en el que no dispararon. Los dos primeros tiros fueron de Pesca.
El primero fue manso a las manos de Javi. El segundo dio en el palo, apenas un par de minutos después de que Arnáiz centrara buscando la llegada de Víctor, que se tiró pero no impactó con el cuero. Fue un aviso visitante que recibió con serenidad en conjunto local. Veía que el plan rival era salir rápido por fuera, aunque tuviera muchos metros por recorrer debido a su repliegue intensivo sobre todo por fuera.
La respuesta fue triple. Rafa lanzó una contra y disparó al cuerpo de Isaac y Víctor lanzó fuera el rechazo, y Adrián remató fuera un centro desde la izquierda, donde el primero de los tres estuvo muy activo. El tanto, sin embargo, llegó por el otro lado, aunque nació también en la zurda. Ante el cerrojo echado para frenar a Rafa y Nieto en ese lado, los blanquivioletas decidieron usarlo como señuelo. De ese costado le llegó el esférico a Arnáiz, que en el pico del área remató fuerte pero preciso a la escuadra para hacer el uno a cero.
El balón circulaba lento, como si el fútbol fuera argentino. Lo hizo durante lo restante del primer periodo y durante la segunda, aunque era mejor eso que la precipitación y el error; tampoco había necesidad de enloquecer. Quizá el Casarrubuelos sí la tenía, pero siempre dejó a cinco atrás: los cuatro defensas y un volante. La inferioridad en el marcador no parecía alterar demasiado el guión. Parecía como si no se creyesen que apretando algo podían rascar. Como si Borona o Pesca no hubieran generado tímido peligro cuando se les buscó.
Así, el dos a cero fue la consecuencia lógica del dominio, aunque el juego no fuera el de otros días. Rafa rompió por la izquierda con calidad y fe y puso el balón para que Adrián Herrera marcase y llegara a la quincena. Puso el sello a falta de media hora y permitió que entrasen los tres del B que restaban: David Gómez, que daba refresco a Óscar (que además tiene cuatro tarjetas), Cerro y Alvi.
En lo que quedó el Divi fue inteligente y no arriesgó en demasía. Buscó dejar la puerta a cero con la seguridad defensiva adquirida en el tramo final del 2017. Álvarez, que siempre es un buen revulsivo, y Alvi, buscaron en tercero, que no llegó para premiar su voluntad, más que peligro llevaron. Para mayor lucidez habrá otros días.
Con esta victoria, la primera en el Grupo V de División de Honor en 2018, el Real Valladolid suma veintiocho puntos y amplía la racha a siete partidos sin perder a una semana de visitar al Real Madrid en Valdebebas, reponiéndose una vez más a las bajas y dando paso a jugadores que deberían formar parte de su futuro.
Real Valladolid: Javi; Arnáiz, Óscar (David Gómez, min. 71), Sali, Nieto; David Sanz (Cerro, min. 74), Raúl; Dali, Víctor (Álvarez, min. 62), Rafa (Alvi, min. 62); y Adrián Herrera.
Atlético Casarrubuelos: Isaac; Franza (Alejandro, min. 76), Javi, César, D. González; Rubén, Mario (Alberto, min. 76); Carlos (Ayoub, min. 65), Borona, Pesca; y Antonio (Doval, min. 65).
Goles: 1-0, min. 33: Arnáiz. 2-0, min. 60: Adrián Herrera.
Árbitro: Estefan Gonzálvez Alcalde, asistido en las bandas por Rodrigo Gil Santos y César Arribas Calvo. Amonestó al local Rafa y al visitante D. González.