El extremo, no obstante, reconoce el «mal sabor de boca» con el que el equipo vuelve a Valladolid tras caer en Pamplona

El Real Valladolid cayó en su primer partido de 2018 después de remontar y verse remontado por Atlético Osasuna en El Sadar, en un encuentro que se iba a disputar inicialmente el sábado y se aplazó a hoy domingo por culpa de las condiciones climatológicas. Pablo Hervías fue uno de los más destacados del cuadro de Luis César Sampedro, si bien su actuación de nada sirvió.
El extremo riojano atendió después del partido a los medios desplazados, y reconoció que creía que le había salido «un buen partido», aunque «con la derrota se te queda cara de tonto», porque «lo importante es el colectivo». «Al descanso lo teníamos; estábamos jugando bien, tácticamente bien…», lamentó.
Es por ello que se vuelven «con muy mal sabor de boca», porque tenían el envite «más o menos controlado» con opciones de sentenciar a la contra, «pero en una jugada desafortunada llegó el penalti y a los dos minutos el tres a dos». No obstante, invitó al optimismo y a «pensar en el siguiente partido». «No es un desastre. Vamos décimos y queda muchísima liga. Tenemos que corregir errores todos y pensar en positivo. Si ganamos el partido siguiente veremos la cosa distinta», alegó.
En el siguiente entrenamiento, el del martes, deben comenzar «a pensar en el Barecelona B» y a seguir trabajando para levantar la pobre estadística defensiva de los 36 goles encajados al término de la primera vuelta. «Es una losa muy grande que nos impide ir a por nuestros objetivos, pero todo el mundo trabaja y queda toda la segunda vuelta», analizó, antes de mostrar su convicción en que el equipo va «a pelear» por estar arriba.