El mediocentro navarro se pasó la primera mitad de temporada inédito después de subir del Real Valladolid de División de Honor

El Real Valladolid ha confirmado este jueves la marcha de Bruno Meoqui, jugador del filial rescindido en las horas previas al cierre del mercado invernal, y con lo que dejó una ficha libre para eventuales incorporaciones, como era intención de la dirección deportiva, ávida de encontrar refuerzos que fueran o vayan a convertir precisamente eso.
El centrocampista navarro no llegó a debutar con el Promesas, y, de hecho, prácticamente no entró en ninguna convocatoria en lo que va de temporada, su primera como jugador sénior, debido a que ni Carlos Salvachúa ni Miguel Rivera contaron con él. En las últimas fechas se presentó alguna posibilidad de que pudiera recalar en algún conjunto puntero de la Tercera División regional, incluso cedido, si bien esta opción se terminó desechando y se apostó por una ruptura definitiva del contrato que le vinculaba al Real Valladolid hasta el treinta de junio.
Mediocentro de carácter posicional, llegó la pasada campaña a Los Anexos, a un División de Honor en el que fue uno de los jugadores más destacados hasta su lesión, producida en diciembre de 2016, antes del cambio de césped artificial. La gravedad de la dolencia –rotura del ligamento cruzado– impidió que pudiera jugar más, aunque se le renovó por el compromiso de Carlos Suárez de que así fuera.
El humano gesto del presidente no fue en consonancia con la apuesta deportiva, puesto que si bien se incorporó a los entrenamientos desde el principio, no contó con minutos ni en pretemporada, bajo el alegato de que no se encontraba al mismo ritmo que los demás, si bien al mismo tiempo se trataba de poner paliativos a su situación contractual. Pasados los meses continuó sin contar, hasta la rescisión ahora anunciada.