El Real Valladolid Promesas saca un punto de su visita al CD Toledo en un buen partido, en el que, sin embargo, las mejores ocasiones fueron locales

El Real Valladolid Promesas continúa fuera de los puestos de descenso después de empatar en El Salto del Caballo, histórico feudo de un rival directo por la salvación como es el CD Toledo, y de ver cómo los resultados de otros enemigos en esa pugna le eran favorables. No lo fue tanto la diosa fortuna, puesto que sus dos centrales acabaron lesionados.
Sin embargo, las últimas acometidas de los locales fueron bien interceptadas. El filial fue mucho mejor en el inicio, durante todo el primer tiempo, pero sobre todo en los minutos iniciales, en los que no llegó a derribar la puerta de Alcolea, aunque sí la amenazó con un buen puñado de saques desde la esquina que no encontraron rematador. El dominio fue muy claro y la verticalidad era la nota predominante, sobre todo por la izquierda medio de un enchufado Samanes al que le faltó acierto en el último instante.
No obstante, aunque el balón era de los vallisoletanos casi en la totalidad, la ocasión más clara la tuvo Figueroa, un islote al que se pretendía agarrar el Toledo como si fuera su tabla de salvación. No obstante, no atinó, como tampoco lo hizo Domínguez en un disparo abajo que detuvo Alcolea con firmeza.
La producción ofensiva peligrosa prácticamente se redujo a esos dos disparos y a la ingente cantidad de balones que botó desde el córner el Promesas. Tal es así que la sensación al descanso era de que el filial no había sido capaz de aprovechar la oportunidad de meter mano a un rival tímido y superado, que defendió mucho, más que bien, pues tampoco se puede decir que su planteamiento o sus defensores rayaron a un nivel excelso. Fue, más bien, falta de acierto en los visitantes lo que se vio, aunque la cara era a todas luces competitiva, en la línea de fechas recientes.
Y así siguió siendo en el segundo periodo, que comenzó con Mayoral activándose desde el costado derecho. Domínguez trataba de hilvanar por dentro y de asociarse con él, pero de Becerra, nueve en sustitución del ausente Luis Suárez, apenas se supo. Javi Pérez, que jugó por detrás del colombiano, lo intentó en respuesta a Usero, pero su remate, a centro de Samanes, se marchó desviado.
Acto seguido, en apenas tres minutos, se produjeron tres situaciones que pudieron modificar el devenir del encuentro. Por un lado, Joni Montiel entró en el Toledo, lo que lo mejoraría de manera ostensible, y por otro Mario Robles y Carrascal cayeron lesionados en sendas acciones que obligaron a Miguel Rivera a introducir dos cambios imprevistos: Velásquez entró por el capitán y Alvarado lo haría por el andaluz, fuera de sitio. Aquello sesgó las posibilidades de los vallisoletanos de cambiar el sino desde el banquillo.
No es que el Real Valladolid B se conformara después de aquello; es que probablemente en ataque no pudo hacer más. Con Mayoral pendiente de adquirir aún su ritmo más alto de juego y con un Samanes a quien se le vio varias veces estirando con calambres en los gemelos, el ímpetu ofensivo fue solamente el que podía ser. Al tiempo que Montiel permitió que los manchegos dieran un paso adelante y provocó que a Figueroa le llegasen varios balones mejores que los del primer tiempo, Dennis se encargó de detenerlo y el punto, por las circunstancias, se percibía cada vez como algo mejor.
No pareció que se viera exactamente así en el campo, o no con el partido aún en juego, puesto que todavía quedaba un último arreón, el que permitió la entrada de Corral a falta de diez minutos (aunque no tuvo el mismo efecto que contra el CF Talavera) y el último resuello que le quedaba a Santi Samanes. Igualmente, las ocasiones brillaron por su ausencia más allá de un intento desde el córner de Domínguez y algún balón desde la banda que nadie alcanzó a rematar.
Con todo, el empate no sabe mal, porque se produce en casa de un rival directo por la salvación y porque permite ampliar la racha a ocho partidos sin perder y tres sin encajar. Si alguien mereció la victoria sin duda alguna fue el filial, aunque no produjo lo suficiente o lo necesario para llevársela. Por cómo se dio el envite y por las circunstancias en las que se encuentra, no es tampoco para llevarse las manos a la cabeza. Contra el Navalcarnero, que es quinto, intentará el próximo domingo volver a ganar. Estos días dormirá de nuevo fuera del descenso, con 32 puntos, uno más que el play-out, que marca precisamente el Toledo, y que la zona caliente, que sigue delimitando el Pontevedra.
CD Toledo: Alcolea; Expósito, Echaide, Toño, Expósito; Israel, De Lerma; Sergio, Charly Rodríguez (Joni Montiel, min. 62), Usero (Barranco, min. 74); y Figueroa.
Real Valladolid Promesas: Dennis; Raúl Navarro, Mario Robles (Velásquez, min. 63), Carrascal (Alvarado, min. 66), Moi; Miguel Marí, Domínguez; Mayoral, (Corral min. 80), Javi Pérez, Samanes; y Becerra.
Árbitro: Ramón Arias Madrid, del colegio ceutí. Amonestó al local Echaide y a los visitantes Mayoral y Raúl Navarro.
Incidencias: Partido disputado en El Salto del Caballo, correspondiente a la trigésima jornada del Grupo I de la Segunda División B.
