El Aravaca y el Real Valladolid, que persiguen terminar la temporada lo más arriba posible, se enfrentan este jueves en un importante choque

Quedan apenas dos jornadas para la conclusión de la temporada y muchos equipos de División de Honor parafrasean al cantautor. «Siempre tengo sueños sencillos con objetivos complicados» podrían recitar Aravaca y Real Valladolid, que verán sus deseos puestos cara a cara este Jueves Santo a partir de las 12:30 horas en el Antonio Sanfiz, donde seguramente ninguno de los dos quiera despertar de manera abrupta. Pelear por la quinta plaza, si acaso por la cuarta si como ambos querrán el Getafe tropieza contra el Atlético de Madrid, puede parecer una alhaja, pero qué bonita resulta cuando lograrla sería el premio a todo un año de esfuerzo y trabajo.
Después de todo, a la alhajitas también les escribieron canciones. Pocas más bonitas habrá compuesto Quique González (y eso que su literatura es extensa) que la que lleva aquel título. Poco hay más preciado para los dos que el cuarto puesto que sería un hito en ambos casos. Para el Aravaca difícilmente era imaginable verse a estas alturas en disposición de alcanzarla. Sin embargo, después de convertirse en la revelación en su debut en la categoría, no quiere detenerse. No lo ha hecho en las últimas semanas ni a pesar de las ausencias, numerosas y de diferente calado, que sin duda han mermado sus filas.
No será menos esta vez. El último partido como local en este estreno tan insospechado como dulce contará con hasta nueve bajas, las del cancerbero Dani de las Heras, los laterales Dani Afonso, Carlos y Raúl, el central Fernando Cuevas, los mediocentros Jorge y Javi, el mediapunta Fer y el delantero Marc, su máximo artillero. No obstante, no serán excusa; los arlequinados querrán brindar la penúltima alegría del curso a sus aficionados ante un rival que fue superior en el partido de ida, y contra el que habrá un ligero aire de revancha en el recuerdo de aquel tres a uno.
El anhelo de terminar lo más arriba posible es compartido. Si para el Aravaca no es un trámite, que quiere ampliar el cuerpo de la palabra historia antes de imprimir la hoja que lo atestigue, lo mismo sucede para el Real Valladolid, que no termina tan arriba una temporada desde hace seis. El tropiezo contra el Leganés en su último encuentro en Los Anexos es el testimonio de que en la categoría nadie regala nada y, advertidos de ello, con esa idea saltarán al Antonio Sanfiz los pupilos de un Víctor Fernández que cumplirá su último encuentro de sanción en un campo que sabe que será complicado.
Pero por la mente de los blanquivioletas solo pasa un triunfo. Uno que, si los resultados acompañan, les devolvería ese cuarto puesto que para ellos supone alcanzar ‘El Dorado’ y les permitiría jugársela en la última jornada en casa. Aún sobre el tapiz después del empate contra el conjunto pepinero el entrenador vallisoletano explicaba que su equipo «no sabe ir a empatar», que irá a por todas, aunque sabiendo que «es un campo difícil, pequeño, en el que a lo mejor no se puede tocar tanto» y en el que «hay que aprender a jugar».
Nunca es tarde si la dicha es buena, dice el refrán, y debe haberla, a pesar de que se pueda producir alguna posible baja de última hora, como pudiera ser la de Pablito si como la semana pasada el entrenador del Promesas tira de él para completar su convocatoria. Conocido es que Dali, sancionado con dos partidos tras su última expulsión, no podrá jugar.